La segunda jornada del Debate sobre Política General no tuvo el tono sosegado del primer día y el hemiciclo acabó sumido en una batalla dialéctica entre Ibarra y los diputados del PP... con Federico Suárez como moderador de lujo.

La bronca comenzó cuando, durante su discurso, Ibarra acusó a Floriano de utilizar a las diputadas de su grupo para que no dejaran de moverse e intentaran distraerle mientras hablaba. Esto disparó a algunas de sus señorías que comenzaron a increparle y finalmente tuvo que mediar Federico Suárez. Pero a partir de ahí las interrupciones fueron constantes. No en vano cuando Ibarra aseguró que en el hospital de Zafra hay una habitación por enfermo un diputado popular respondió: "¡O más!.

Durante la segunda intervención del presidente de la Junta la cosa fue a peor y el presidente de la Cámara llamó al orden hasta a tres diputadas del PP, ante lo que Ibarra, en tono irónico, le advirtió: "A ver si por llamar al orden sólo a mujeres le van a llamar machista". Ni corto ni perezoso, y también en tono de broma, Suárez respondió: "Yo es que lo soy".

Castigo reglamentario

Poco después llamó la atención a todos los diputados de la Cámara y aclaró que es él el único responsable de ordenar los debates. Como castigo , les leyó un párrafo del Reglamento porque "sus señorías lo leen poco y se lo iré enseñando".

Para acabar, Floriano aseguró que Ibarra "si tuviera complejo de Pinocho no tendría diputados suficientes para sujetarle la nariz" (tuvo que retirar el insulto) y recordó su antigua lucha contra los señoritos . Ibarra no dudó y le respondió que en aquellos años, los ochenta, él no tenía la nariz larga, "sino otra cosa".