La decisión de Caja Extremadura y Caja Badajoz de optar por una fusión fría con entidades de otras comunidades autónomas no representa ninguna novedad en el actual sistema financiero. Más bien al contrario, parece ser el proceso hacia el que convergen la mayoría de las entidades del sector. De hecho, son diversos lo movimientos y operaciones que están en marcha. Algunos, incluso, muy próximos a cerrarse inminentemente.

El escenario es realmente convulso. Y no solo en Extremadura. Prácticamente en cada región española hay negociaciones abiertas orientadas a la concentración de las cajas de ahorro --actualmente hay 45--. Un ejemplo claro es el de Caja Navarra, que ya ha dado el visto bueno a su integración en el Grupo Banca Cívica, al que también se sumarán Caja Canarias y Caja Burgos --ambas pendientes de que sus asambleas ratifiquen la decisión--. Además, Caja Avila y Caja Segovia se han mostrado interesadas en el proyecto y podrían entrar en la operación. La fórmula elegida es la que ahora estudian las entidades extremeñas, el denominado Sistema Institucional de Protección (SIP), más conocido como fusión fría o fusión virtual . Se trata de un formato de integración en el que las cajas mantienen su personalidad jurídica (marca comercial, identidad corporativa, órganos de gobierno, obra social).

Una región donde también se están registrando muchos movimientos es Galicia. Caixa Galicia ha entablado contactos con Caja Madrid, mientras el Gobierno regional sigue trabajando para lograr una integración entre cajas de la comunidad autónoma. Se trata ésta de una vía que tiene casi descartada Caixanova. Esta entidad podría entrar en un SIP promovido por Caja Cantabria y Cajastur --y por el que también se han interesado Caja Murcia y Sa Nostra--. Pero incluso mantiene abierta una tercera opción, que sería sumarse al proyecto de Banca Cívica.

Andalucía vive su propia historia. El sueño de la Junta de Andalucía es fraguar la unión entre Unicaja y Cajasur --son las dos mayores entidades de esta región--, pero una y otra están realizando sus propios movimientos. La primera está en negociaciones firmes con Caja Castilla La Mancha (CCM) y Caja Jaén. Por su parte, Cajasol ya ha absorbido a Caja Guadalajara y sigue buscando nuevos socios --han existido contactos con las cajas extremeñas, aunque de momento no se han confirmado avances en el proceso--.

´Deserción´ en Cataluña

Por su parte, en Cataluña las primeras fusiones ya están pactadas, aunque marchan con algo de retraso. Es el caso de las cajas de Sabadell, Terrassa, Girona y Manlleu --denominadas Unnim--, cuyo proyecto de fusión está paralizado mientras revisan sus planes de integración. Además, Girona se ha descolgado de la iniciativa al exigir que su absorción se realice solo mediante la fórmula SIP. Y algo similar ocurre con Caixa Catalunya, Tarragona y Manresa, mientras que Caixa Penedès y Caixa Laietana, que han roto las negociaciones que mantenían y buscan novias fuera de la la región.

En la Comunidad Valenciana, el Gobierno de Francisco Camps se muestra abierto a que Caja Mediterráneo pueda fusionarse con Bancaja u optar por un SIP con otras entidades del país.

Ante este clima convulso, el director general de la CECA, José Antonio Olavarrieta, ha instado al gobierno a que acelere reglamentación que regulará las fusiones frías . El responsable de la patronal, apuntó que las dificultades no están únicamente en definir el órgano de gestión de este tipo de absorciones, sino también los problemas fiscales, contables y legales que plantean aún estas uniones.