Cuando las parejas acuden a un centro sanitario con el deseo de someterse a las técnicas de reproducción asistida se encuentran muchas veces con un problema: hay suficiente esperma, pero pocos óvulos. Las mujeres no donan tanto como los hombres.

"A los hombres les supone menos trabajo realizar una donación, pero el proceso de la extracción de ovocitos requiere más cosas y es más largo, hay que hacer varias pruebas y no todas las mujeres están dispuestas a someterse a ellas", sostiene Marta Campos, bióloga del equipo de la clínica Norba de Cáceres, un centro en el que hay 20 mujeres en lista de espera como receptoras de óvulos.

No sobran donantes, por ello los centros médicos de todo el país, la mayoría de ellos privados, se encargan de extraer ovocitos maduros a mujeres sanas de entre 18 y 35 años que dan su consentimiento, a cambio de una compensación económica que oscila entre los 600 y los 900 euros. En la clínica cacereña la cifra ronda los 600 euros.

El proceso de donación se puede prolongar entre los doce días y el mes en varias sesiones que permiten la maduración de más de un óvulo. Para ello, según Elena Delgado, bioquímica de la clínica Norba, se realiza un minucioso control por medio de ecografías y análisis hormonales, para terminar con la extracción de los óvulos generados mediante una punción bajo anestesia local. La sedación se hace por inyección subcutánea y la operación apenas dura media hora. No requiere ingreso, no son necesarios puntos y tampoco hay cicatrices.

"El riesgo es mínimo", asegura Marta, que reconoce que como efectos secundarios puede aparecer una hinchazón o molestias abdominales, "pero no suele ocurrir y si ocurre son molestias como las de la menstruación", apunta Elena.

Es muy raro, insisten, que pueda darse una hiperestimulación ovárica, es decir, una generación excesiva de óvulos, porque el control que se tiene sobre la donante es intenso.

El reclamo económico suele llamar más la atención de las jóvenes universitarias. Pero hay un límite para donar: la ley impide que se haga más de seis veces. En los hombres también.