Refugiados en castillo de Hillsborough, cerca de Belfast, Tony Blair y George Bush trataban anoche de conciliar posiciones sobre la reconstrucción de Irak. Un impresionante despliegue de seguridad mantenía a varios kilómetros de distancia a varios miles de manifestantes llegados de toda la isla para protestar contra la guerra.

El tercer encuentro de ambos mandatarios en menos de un mes comenzó anoche con una cena de trabajo y proseguirá esta mañana con una reunión, seguida de una comparecencia conjunta ante la prensa. Bush y Blair van a hacer balance de la marcha de la guerra y a hablar del proceso de paz para Oriente Próximo.

DELIMITACION DE PODERES

El principal y más conflictivo tema de las conversaciones se referirá a los planes de la posguerra y la delimitación de poderes y tareas en el nuevo régimen, tras la caída de Sadam. Es en este capítulo donde persisten las discrepancias entre los dos aliados. Blair lleva tiempo intentando convencer a Bush de que la legalidad internacional del futuro Irak pasa obligatoriamente por un papel primordial de la ONU en la reconstrucción material y política del país. El Reino Unido propone que la ONU convoque una conferencia internacional, similar a la organizada tras la guerra en Afganistán, pero Washington tiene su proyecto de transición.

El Pentágono se propone coordinar la reconstrucción del país, mientras que los militares se dedicarán a garantizar la seguridad en esta etapa. Blair quiere que esa administración temporal estadounidense, presidida por el general retirado Jay Garner, no dure más de dos o tres meses.

EL PAPEL DE LA OPOSICION

Entre tanto, los representantes de la oposición iraquí en el exilio tendrán la posibilidad de negociar y formar un primer gobierno de coalición nacional. Bush y Blair podrían avanzar hoy nuevos detalles sobre el plan de paz para Oriente Próximo, si bien fuentes de la Casa Blanca han dicho que es improbable que se vaya a publicar el prometido mapa de ruta para crear un Estado palestino independiente.