Ya ni siquiera es necesario ganar la guerra para proclamar la victoria. Al menos, esto es lo que pretende hacer la Administración de George Bush; declarar el triunfo sobre el régimen de Sadam Husein aunque éste permanezca al frente de la defensa de Bagdad y sus seguidores sigan presentando resistencia a las fuerzas invasoras en diversas zonas de Irak.

Esa redefinición de lo que será la victoria militar en esta guerra ha sido diseñada "durante meses" por los estrategas del Pentágono --según reveló ayer The Washington Post -- con la finalidad de establecer un nuevo centro de poder para todo Irak, probablemente en las afueras de Bagdad, antes de la rendición del Ejército iraquí. Porque la Casa Blanca no confía en que se produzca una capitulación formal ni cree que la oposición armada a las tropas de ocupación vaya a cesar en cuanto Sadam sea derrocado.

Según asegura el jefe del Estado Mayor Conjunto de EEUU, general Richard Myers, no es necesario tomar la capital para crear una Administración interina de Irak, pues "si Bagdad está aislada del resto del país, la ciudad es casi irrelevante".

FUERZAS FORMIDABLES

Lo que esa argumentación deja claro es que Bush no quiere librar una batalla urbana por la conquista de Bagdad, que se prevé larga y cruenta, sino que desea hacerse con el control del país y esperar a que el sitio de la capital desencadene la caída del líder iraquí. Aunque puede estar confundiendo los deseos con la realidad, ya que Sadam apareció ayer en el centro de la ciudad --en un inesperado baño de multitudes para animar a los bagdadís a defenderse--, cuando fuentes del espionaje norteamericano acababan de reafirmar su teoría de que el presidente iraquí estaba muerto o, al menos, herido.

Aun así, no parece que los defensores de Bagdad puedan plantar cara a las formidables fuerzas invasoras --la Tercera División de Infantería, la Primera de Marines y la 101 Aerotransportada--, que ayer cerraron el cerco de la ciudad tras capturar el aeropuerto internacional, rodear los barrios del sur de la capital y cortar las principales rutas de salida hacia el norte. En la feroz batalla del aeropuerto, auténticos autobuses suicidas (cargados con combatientes que disparaban fusiles) arremetieron contra las columnas acorazadas norteamericanas, sólo para ser volados en pedazos por los obuses de los tanques.

Durante toda la jornada, los soldados iraquís lanzaron ataques desesperados contra las fuerzas que ocupaban el aeropuerto, pero el saldo final es muy revelador de la desigualdad militar: 320 iraquís y dos norteamericanos muertos.

EL PUEBLO HUYE

Al mismo tiempo, la población de Bagdad empezaba a tratar de huir de la ciudad asediada, donde la tragedia de los heridos por los bombardeos adquiría proporciones sobrecogedoras en hospitales privados de energía eléctrica y agua corriente.

Entretanto, en el Capitolio, los congresistas norteamericanos aprobaban a mano alzada una enmienda al presupuesto bélico de Bush --por el momento, 80.000 millones de euros (13,3 billones de pesetas)-- para excluir del proceso de reconstrucción de Irak a los países del frente de la paz que se negaron en la ONU a aprobar una resolución autorizando la guerra (Francia, Alemania, Rusia y Siria). Es probable que finalmente el Senado no permita que esa discriminación alcance rango de ley, aunque será en gran parte porque la exclusión de esos tres primeros países forzaría a Washington a soportar "una parte desproporcionada" de los costes de reconstrucción.

Pero el actual coste de la guerra en vidas humanas no parece preocupar tanto a Washington, que no ha accedido al llamamiento del doctor Leonid Roshal, director del Centro de Cirugía Urgente y Traumatismo Infantil de Moscú, quien ha solicitado una pausa en los ataques aliados a Bagdad y Basora para poder abrir un "corredor verde" que permita la salida de la ciudad de los niños heridos en los bombardeos. En este momento, en la lista de Roshal figuran 95 niños que necesitan una evacuación urgente --para ser atendidos con medios médicos avanzados que pueden salvarles la vida--, pero sin duda es incompleta y crecerá día a día si continúan los ataques.