George Bush llega hoy a su reunión en las Azores con Tony Blair y José María Aznar con más planes de guerra en Irak que propuestas para evitarla. El líder de EEUU lo dejó claro ayer: "Para el Gobierno de Estados Unidos y la coalición que lideramos, no hay duda: confrontaremos un peligro creciente, nos protegeremos, acabaremos con un promotor del terror y mantendremos la paz del mundo", afirmó Bush en su intervención semanal en la radio. La Moncloa, por su parte, mantuvo un silencio total sobre el encuentro.

ULTIMATUM DEFINITIVO

Con las informaciones de que los ayudantes de Bush preparan ya un gran discurso sobre la guerra que podría pronunciar mañana mismo y que posiblemente será un ultimátum definitivo a Sadam Husein para que se desarme o se enfrente a la guerra, las esperanzas de una solución pacífica a la crisis se ahogan aún más. Según fuentes del Gobierno estadounidense, las dos opciones que se barajarán hoy son la de extender brevemente la fecha límite de mañana que se incluye en la segunda resolución o, la que creen más probable, que Blair pida a Aznar y Bush retirar la resolución antes de que sea derrotada, lo que llevaría a la declaración de guerra.

Bush también demostró su escasa fe en que la ONU consiga ser el foro para hallar una solución pacífica, y para hacerlo recordó "demasiados acontecimientos en la última década" --de Bosnia hasta Ruanda, pasando por Kosovo-- "en los que la incapacidad del Consejo de Seguridad llevó a la tragedia". "Debemos reconocer que algunas amenazas son tan graves que deben ser eliminadas, incluso si requieren el uso de la fuerza militar", añadió.

Pero Francia, Alemania y Rusia siguen manteniendo el pulso para evitar la guerra. Los tres países solicitaron anoche una reunión solemne y urgente del Consejo de Seguridad de la ONU, a nivel de ministros de Exteriores, para debatir "acciones concretas de desarme para Irak y medidas para reforzar el trabajo de los inspectores de armas". La iniciativa busca fijar "plazos concretos y realistas" a Irak y destacan que en la actual situación no se justifica renunciar a las inspecciones y mucho menos lanzar acciones violentas, informa desde Berlín Gonzalo Cáceres.

Desde Londres, el ministro de Exteriores británico, Jack Straw, dio a entender que el conflicto armado es inminente. Straw advirtió que una guerra contra Irak es ahora "mucho más probable", aunque dijo que "aún estamos trabajando en una solución diplomática". "El tiempo se acaba", añadió el jefe de la diplomacia británica, insistiendo en que una ofensiva militar "no es inevitable".

BLAIR REUNE A SUS MINISTROS

El Secretario de Estado para las Fuerzas Armadas británicas, Adam Ingram, reconoció por su parte, que el mundo puede hallarse en los últimos días previos a un ataque contra Irak. Ingram consideró poco probable que EEUU, el Reino Unido y España logren la aprobación de una segunda resolución en la ONU.