La distinta eficacia en el desarrollo de los planes urbanísticos en las tres capitales está relacionada con la antigüedad de los mismos. Así, el de Badajoz, el más vetusto, data de 1989, con lo que debería estar cumplido y tener otro vigente, mientras el de Cáceres, aunque aprobado definitivamente en 1998, se tramitaba ya diez años antes. En cambio, el de Mérida entró en vigor hace menos de cuatro años, y le quedan otros tantos de vigencia.

De este modo, el Ayuntamiento de Badajoz ya ha iniciado la tramitación de un nuevo plan que marcará el desarrollo futuro de la ciudad. Mientras, en Cáceres la revisión del que ahora está vigente es una demanda creciente de todos los agentes implicados en la promoción y construcción de viviendas, al considerar que el aún vigente está totalmente desfasado y puede provocar a medio plazo un encarecimiento de la vivienda por la falta de suelo.