El ministro iraquí de Información, Mohamed Said Al Sahaf, aseguró ayer que su Gobierno ha dado la orden a todos los soldados y combatientes iraquís de enterrar los cuerpos de los soldados enemigos que han sido abatidos y que se ha prohibido dejar que los cadáveres se pudran en el campo de batalla.

Según Sahaf, la consigna ha sido distribuida por el Ministerio iraquí de Asuntos Islámicos. Como ejemplo de esa conducta, el ministro informó de que los miembros de una tribu iraquí enterraron los cuerpos de los dos pilotos del helicóptero Apache que habían derribado en las cercanías de Basora, al sur del país. Por su parte, el portavoz militar iraquí, el general Hasan Al Rawi, informó de que los 4.000 combatientes árabes que han viajado a Irak "están dispuestos al martirio y han prometido a no volver a sus países, pues vienen aquí a ganarse el paraíso".

Una periodista estadounidense preguntó al ministro Al Rawi si creía que la utilización de suicidas que se hacen pasar por civiles suponía "pervertir las normas de la guerra", ya que, añadió, eso podría provocar que las tropas invasoras atacaran a la población civil al identificarlos como posibles kamikazes.

Al Rawi fue contundente en su respuesta: "Nuestros mártires sólo atacan objetivos militares, no civiles".