Según una estimación realizada por El Mundo, durante los primeros días de vigencia de la ley antitabaco, el consumo de cigarrillos habría caído en España un 25% aproximadamente.

Trasladando esta situación a Extremadura, la bajada en el consumo significaría que en los 13 días transcurridos del 2006 se habrían vendido en la región 200 millones de cigarrillos menos, lo que supondría unas mermas en facturación de más de dos millones de euros a precios de estanco.

En todo caso, distribuidores y fabricantes confían en que la situación se estabilice con el paso de los meses y ocurra lo mismo que sucedió en Italia. En este país, durante las primeras semanas de vigencia de la norma que restringía el consumo de cigarrillos las ventas cayeron un 20%, pero luego la situación se estabilizó y el descenso de ventas al cabo de un año ha sido del 5,7%.

En cuanto al abandono de la adicción, durante estos doce meses medio millón de italianos dejaron de fumar, según los datos de las autoridades sanitarias de aquel país. Trasladando la proporción a Extremadura, el efecto sería que aproximadamente 8.500 de los 260.000 fumadores habituales que hay en la región se decidirían a dejar el hábito ante las dificultades que pone la nueva legislación.