La ola de elevadas temperaturas que sufre Extremadura y los incendios --sobre todo el Valencia de Alcántara-- han supuesto un duro revés para los agricultores y ganaderos de la región, cuyos representantes pusieron ayer sobre la mesa las primeras cifras de lo que califican de "verdadero desastre". El secretario regional de Coag, Luis Cortés, cifró ayer en 27 millones de euros (casi 4.500 millones de pesetas) las pérdidas para los ganaderos ocasionadas por los incendios por la quema de 12.000 hectáreas de pasto y dehesa. Por su parte, Apag cuantificó en 30 millones de euros (5.000 millones de pesetas) lo que dejarán de ingresar los viticultores por el descenso de la producción de uva debido al excesivo calor.

El responsable regional de Coag añadió que la Administración tiene que responder económicamente para compensar a los ganaderos afectados y anunció que así lo reclamará, "si hace falta por la vía judicial". Hasta el momento, la Junta de Extremadura no ha hecho balance de la superficie quemada por el fuego ni de las pérdidas materiales, algo que ayer criticó con dureza Luis Cortés. Este indicó que las pérdidas en la agricultura no son significativas.

"IMPOSIBLES DE CONTROLAR"

Cortés dijo a Efe que los incendios "casi son imposibles de controlar", por la escasez de cortafuegos naturales, así como la prohibición de labrar entre los olivares o las zonas de cerezo y del uso de herbicidas. Esto provoca la proliferación de pastos naturales, que lógicamente propagan las llamas. Por ello, desde Coag se realizó ayer un llamamiento a la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente para que permita algunas prácticas agrarias que pueden contribuir a detener el fuego.

Bibiano Serrano, presidente de Apag-Extremadura, se centró ayer en las consecuencias que las elevadas temperaturas están teniendo en la cosecha de uva en la provincia de Badajoz. En algunas variedades de uva, como la cabernet sauvignon, tempranillo o macabeo, las pérdidas se sitúan entre un 30% y un 60% de la producción habitual. El calor ha supuesto un "adelanto sustancial" de la recolección y una "acidez máxima" en los vinos al estar secarse parte de los racimos de las uvas.

"El problema está suponiendo que los propios viticultores se plateen no vendimiar en algunas parcelas que están fuertemente afectadas por considerarse antieconómico", dijo ayer Bibiano Serrano. Este solicitó ayer tanto a la Junta como al Gobierno que "que se cree una comisión que estudie y valore los daños producidos para tomar medidas necesarias para paliar las pérdidas económicas del sector". Apag-Extremadura advirtió ayer de los "síntomas de agotamiento" de algunas plantaciones, lo que puede provocar la pérdida de varias cosechas venideras.