Las numerosas intervenciones de los dirigentes socialistas durante las más de cuatro horas que duró la reunión de la comisión ejecutiva del partido estuvieron ayer presididas por un tono optimista pese a la derrota electoral. José Luis Rodríguez Zapatero dejó claro que no habrá golpes de timón sino más movilización del partido, intensificación en la lucha contra la crisis y recuperación de la iniciativa en cuestiones pendientes como la financiación o el diálogo social. Y sin embargo, en la cúpula del PSOE se han instalado algunos motivos de preocupación.

En primer lugar, respecto al estilo de la campaña electoral. En su blog, el exministro Jordi Sevilla califica de "terrible" apelar al voto del miedo, como ha hecho el PSOE, y advierte de que ese es un argumento que a la larga "se agota". También hay dirigentes que ponen en duda que haya sido un acierto introducir el debate sobre el aborto en la campaña, teniendo en cuenta que la mayoría de la ciudadanía, según diversas encuestas, rechaza la intención del Gobierno de permitir a las jóvenes de 16 años abortar sin permiso paterno.

GESTION DE LA CORRUPCION Una destacada dirigente admitía ayer la dificultad del partido para gestionar los casos de corrupción en el entorno del PP. En el PSOE existe un debate permanente sobre cómo encarar estos casos, al ataque o a la defensiva, y cómo evitar acabar "metidos en el fango". Valga como ejemplo que solo el vicesecretario general José Blanco entró en el debate sobre la seguridad del expresidente Aznar, frente al silencio que mantuvieron el presidente del Gobierno y el candidato, Juan Fernando López Aguilar.

Vinculados indirectamente a la gestión de los casos de corrupción están los pobres resultados del PSOE en comunidades como Valencia y Madrid. La ejecutiva socialista acordó ayer dedicar más atención a movilizar a su electorado en estas autonomías.

Más allá de las cuestiones coyunturales, el debate de fondo es el de la manera de encarar la crisis. En este sentido, las voces críticas recuerdan las recientes palabras del expresidente del Gobierno Felipe González pidiendo más medidas al Ejecutivo. Se mencionan también de forma crítica algunos anuncios de Zapatero y hay quien le reclama más decisiones. En este debate, el exministro Sevilla afirmó críticamente que algo debe de "hacer mal" el PSOE "para que, en plena crisis del neoliberalismo, gane la derecha".

Tanto la corriente interna Izquierda Socialista como el PSC reprochan a Zapatero decisiones como el apoyo al conservador Durao Barroso para que siga presidiendo la Comisión Europea. Izquierda Socialista lamenta que no se haya acudido a las elecciones con un proyecto común de los socialistas europeos. Todo ello no constituye ninguna posición crítica mayoritaria ni con una intensidad que preocupe al núcleo duro del PSOE. La evolución de la crisis será el termómetro que marcará la intensidad de este debate interno.