En Badajoz se escuchó ayer el silencio. Silencio en las calles y plazas, en la universidad, hospitales, en la base aérea. El paro de quince minutos convocado por CSIF, UGT y CCOO fue secundado de forma masiva por los ciudadanos, que han querido así manifestar la condena al brutal atentado cometido ayer en Madrid y apoyo a las víctimas y sus familias.

Los trabajadores se apostaron a las puertas de sus centros de trabajo; los transeúntes se pararon en esquinas y algunos conductores salieron de sus coches para seguir el paro. El silencio que la mañana de ayer recorrió las calles de Badajoz decía mucho porque estaba cargado de emoción, de rabia, pero también de unidad y de esperanza. Un silencio roto sólo por los aplausos tras los 15 minutos.

Secundaron el paro funcionarios de la diputación y el ayuntamiento pacenses, de la Delegación del Gobierno y de otros muchos organismos administrativos, centros comerciales, el comercio de la ciudad, centros como El Corte Inglés, la Universidad de Extremadura, hospitales, centros de salud, e incluso los internos de la prisión.

La jornada ha transcurrido con normalidad, sin incidentes como el ocurrido el día anterior en la concentración de San Juan convocada por la Asociación de Víctimas del Terrorismo, donde un hombre y una mujer increparon al presidente de la diputación, diciéndole que "no debía estar aquí" porque su partido, el PSOE, en Cataluña --PSC-- había "pactado con ERC".