Andrea de 6 años y Marcos y Antonio, gemelos de tres años, amanecen cada día antes de las siete de la mañana. Es el precio que tienen que pagar para que sus padres lleguen a sus respectivos trabajos. Su madre Carmen Rodríguez es maestra en San Pedro de Mérida pero vive en Cáceres. Tiene que recorrer cada mañana 90 kilómetros para llegar a su puesto de trabajo y otros tantos para regresar a su hogar. Sabe de primera mano lo que es conciliar la vida familiar y la laboral: "una ilusión, pero nada real", confiesa. "Llevo tres años --desde que nacieron los gemelos-- pidiendo la comisión de servicio para trabajar más cerca de mi casa y poder atender a los niños sin necesidad de que los abuelos los recogan del cole, porque tienen más nietos, pero no me lo conceden porque no consideran que ser madre de familia numerosa sea motivo suficiente". G. MORAL