El Gobierno ha introducido un primer retoque en el proyecto de ley de carnet por puntos para satisfacer las demandas de los conductores profesionales. La sanción prevista inicialmente para los conductores de los vehículos con pasajeros sin el cinturón de seguridad abrochado --dos puntos menos-- ha desaparecido en el texto remitido finalmente al Congreso de los Diputados. El Ejecutivo ha considerado injustificado castigar a un taxista o al chófer de un autocar porque alguno de sus clientes decida no hacer uso del elemento de seguridad.

"Las asociaciones que se dedican al transporte de viajeros nos han convencido de que no era lógico responsabilizar al conductor y que eso podía generar muchos conflictos", explicó el director general de Tráfico, Pere Navarro. Hay que tener en cuenta que en los próximos años se generalizará el uso de los cinturones de seguridad en todos los transportes interurbanos y escolares, pero sus conductores no dispondrán de autoridad para obligar a 60 pasajeros de un autocar, por ejemplo, a emplearlos.

LOS TAXISTAS Lo mismo puede decirse de los taxistas. Las asociaciones del gremio vieron desde el primer momento que, como ya ocurrió con la obligación de las sillitas infantiles, era inviable aplicar a su sector la nueva norma. Esta les hubiese llevado al absurdo de hacer apearse a los clientes díscolos, cuando hoy casi nadie usa el cinturón en el taxi. Ni siquiera la ley les obliga en las ciudades.

La normativa quedará como hasta ahora. El responsable de no llevar el cinturón abrochado será el propio pasajero y éste será sancionado sólo con una multa económica. "Nos hubiese gustado mantener la norma para los vehículos particulares, pero no hemos dado con una redacción adecuada que permita deslindar los dos tipos de conductores", según Navarro, que no descarta que durante la tramitación parlamentaria se pueda encontrar una fórmula y se reintroduzca la pérdida de puntos para los turismos. "La verdad es que responsabilizar al conductor facilitaría el control de una infracción por la que se producen muchas víctimas mortales al año", argumentó.

La supresión del apartado del cinturón de seguridad ha ido acompañada de otro cambio de menor trascendencia. El uso del móvil y de cascos o auriculares conectados a aparatos reproductores de sonido pasa a restar tan sólo dos puntos, cuando en el proyecto final se llevaba tres.

Según el director general, éste es un detalle destinado a dar coherencia a la reforma. Hablar por el móvil es una falta leve en la normativa vigente y en el proyecto de ley pasaba a ser falta grave para poder restar puntos. "Parecía un salto demasiado grande, que pasara a quitar tres puntos. Lo lógico es que reste sólo la cantidad mínima", explicó Navarro.

El proyecto queda ahora en manos de los diputados de la comisión de Interior, que pueden presentar sus enmiendas hasta el próximo miércoles, aunque lo más probable es que el plazo se prorrogue unos días más.

CONCURSO EN LA UE Al margen de la tramitación parlamentaria, la DGT sigue preparando toda la maquinaria para que el nuevo sistema pueda implantarse el próximo verano y ya ha sacado a concurso en la UE por 1,6 millones de euros el apoyo tecnológico y la asistencia técnica necesarios. El correcto funcionamiento de la base de datos que recogerá todas las infracciones graves o muy graves que se sancionen en España es una de las claves de la eficacia del nuevo modelo.