Aunque se le conoce como el Proceso de Bolonia, no fue en esta ciudad sino en París donde se plantó la semilla del Espacio Europeo de Educación Superior. En 1998, los ministros de Educación de Francia, Alemania, Italia y Reino Unido firmaron en la mítica universidad de la Sorbona una declaración que instaba a la creación de este marco de enseñanza. Ese 25 de mayo se dio el primer paso de un largo proceso político que concluirá en el 2010 con la entrada en vigor de la Convergencia Europea.

Un año después, treinta Estados europeos --entre ellos España-- suscribieron la declaración. Al igual que sucede en los programas de movilidad Erasmus, en este acuerdo no sólo entraron los países que entonces eran miembros de la Unión Europea, sino que también estamparon su firma los representantes de Estados del espacio Europeo de Libre Comercio y de países del este y centro de Europa, incluídos los que años después entraron a formar parte de la Unión.

Principios

La Declaración de Bolonia se basa en unos principios de calidad, movilidad, diversidad y competitividad. Como objetivos estratégicos persigue el incremento del empleo en la Unión Europea y que este espacio ejerza una mayor atracción sobre estudiantes y profesores de otros continentes.

La Declaración de Bolonia tiene un carácter político. Además de enunciar una serie de objetivos y los instrumentos para lograrlos, fija unos deberes jurídicamente exigibles. Entre ellos, el plazo fijado en el 2010 para la puesta en funcionamiento de la convergencia, con fases bienales de realización que terminan con una Conferencia Ministerial que revisa lo conseguido y establece las directrices para el futuro.

Así, la primera conferencia de seguimiento del proceso se celebró en Praga, en el mes de mayo del 2001. En ella, los ministros de Educación de los países firmantes publicaron un comunicado en el que se respaldaba las actuaciones realizadas hasta ese momento. En Praga también se produjo la admisión de Croacia, Chipre y Turquía como nuevos miembros de este proceso.

La siguiente cita fue en Berlín, en el año 2003 y la última reunión de ministros tuvo lugar hace sólo un mes en Bergen.

La próxima reunión de estas características se celebrará en Londres en el año 2007.

España inició su adaptación a Bolonia con la promulgación de la Ley Orgánica de Universidades en el año 2001. Con esta ley se inició el camino en cuyo recorrido debe adoptar medidas sobre el sistema europeo de créditos --implantación del ECTS como unidad de valoración--, la estructura de titulaciones --la publicación del catálogo se ha retrasado hasta septiembre--, el Suplemento Europeo al Título y garantizar la calidad de la formación. Ya sólo quedan cinco años para conseguir estos objetivos.