Alrededor de 3.000 familias extremeñas parecen dispuestas a liarse la manta a la cabeza y no dejarse amilanar ni por el alza de precios de la vivienda ni por el hecho de embarcarse en un crédito de por vida con tal de tener casa propia. Así lo refleja la encuesta de demanda de la vivienda del Ministerio que dirige María Antonia Trujillo.

La encuesta, según se explica, no refleja la cantidad de familias a las que le gustaría comprarse una casa, que a juzgar por el interés que ha despertado el Plan 60.000 son muchas más, sino aquellas que, con plan o sin plan, acudirán al mercado inmobiliario para comprar el próximo año.

En toda España, el número de familias en esta disposición supera las 200.000.

Lo malo es que estos extremeños pueden ver su intención frustrada a tenor del planteamiento con el que afrontan la adquisición. Y es que buscan una casa que tenga alrededor de 84 metros útiles (101 metros cuadrados construidos) por los que pagarían 63.500 euros, a 754 euros el metro cuadrado útil. Según los últimos datos de tasaciones, será difícil que hallen algo así en las ciudades de la región, aunque sí podrían intentarlo en los pueblos.

Cuatro veces el IPC

Por comparar, las 53.000 familias madrileñas en la misma situación aspiran a casas más pequeñas (80 metros cuadrados como media) y se resignan a pagar bastante más (133.000 euros), aunque al precio que se han puesto las viviendas en la capital española, también lo tienen difícil.

Y es que en Extremadura, pese a una mayor contención, también se ha notado el efecto del boom inmobiliario. Así, hace diez años el metro cuadrado costaba de media 441 euros, y ahora está en 936 euros. Esto supone un incremento del 112% en la década. Mientras, el IPC subió en el mismo periodo un 29%.

Otra característica que muestra la encuesta es que entre los compradores extremeños no hay personas que hayan decidido comprar para vivir solos, sino que todos buscan casa para entre dos y cuatro personas. Esto casa con el siguiente dato que aporta el ministerio, y es que la mayoría de los compradores tiene entre 30 y 59 años.

Al ofrecérseles la posibilidad de vivir en una casa con el tamaño que desean pero optando por el alquiler, los datos son categóricos: ninguna familia se plantea esta alternativa. Es decir, o propiedad o seguirán donde están.

Derivado de lo anterior, la encuesta desvela que en Extremadura apenas 22.000 familias viven en casas arrendadas, lo que supone el 6% del total de hogares, porcentaje que se sitúa por debajo de la media nacional, que está en el 7,7%, muy inferior a lo que se da en otros países europeos.

La mitad de los inquilinos de la región tiene rentas que no superan los 200 euros mensuales, aunque también hay 2.000 familias que soportan alquileres de entre 400 y 500 euros, es decir, lo mismo que supondría pagar una hipoteca de 120.000 euros.