Colegios, institutos, facultades, centros de salud, hospitales, residencias geriátricas y otras instalaciones educativas, culturales o sociales de la región se encuentran expuestas a diario a niveles de ruido que pueden ser peligrosos para la salud. Según las mediciones realizadas por el Laboratorio de Acústica de la Universidad de Extremadura (Uex), los habitantes de las principales ciudades de la región están sometidos a diario a un volumen de ruidos que superan los 55 decibelios catalogados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como umbral tolerable para el ser humano.

No se trata de un estudio exhaustivo, sino de los resultados de las mediciones que periódicamente realiza este grupo de investigadores por distintas ciudades y poblaciones de la comunidad autónoma. Los datos a los que ha tenido acceso este diario constatan dos circunstancias: primero, que las 10 calles más ruidosas de Badajoz, Cáceres, Mérida, Plasencia, Villanueva de la Serena, Navalmoral, Zafra y Miajadas superan persistentemente los 65 decibelios; y segundo, que en la mayoría de ellas existen centros educativos, sanitarios o de asistencia social (cerca de un centenar), donde lo que debería imperar es la tranquilidad.

Según datos de la OMS, a partir de 35 decibelios, la comunicación y concentración durante una clase puede verse perturbada. En este sentido, hay que tener en cuenta que las mediciones de la Uex son a pie de calle, mientras que la inmensa mayoría de las horas lectivas se desarrollan dentro de un recinto con cierto aislamiento escolar. Sin embargo, las ventanas abiertas y la falta de climatización pueden originar que se supere esos niveles. Este organismo también advierte de que la exposición continua a grados altos de ruido puede tener consecuencias graves para la salud. Así, una exposición prolongada a niveles superiores a los 55 decibelios puede provocar malestar general en una persona, perturbación del descanso y estrés, mientras que a partir de los 70 decibelios puede originar incluso daños en la audición.

De acuerdo con los registros del laboratorio extremeño, el principal foco de emisión de contaminación acústica en las ciudades de la región es el tráfico urbano. De hecho, prácticamente todas las calles que aparecen en las clasificaciones por localidades, son vías de alto tránsito de vehículos. Partiendo de la base de que no se han medido todas las calles de las ciudades --sino una muestra representativa-- y que los trabajos se han realizado en horario diurno --por tanto, queda fuera el efecto del ocio nocturno--, la calle extremeña más ruidosa es la avenida Adolfo Díaz Ambrona, donde en una mañana cualquiera se pueden superar los 75 decibelios de media. En sus inmediaciones, por ejemplo, está el IES San Fernando o la Residencia de Mayores Virgen de la Soledad.

RESTO DE CIUDADES Aún en Badajoz, el resto de esa travesía, a través de la avenida de Elvas, también aparece entre las que mayor contaminación acústica genera (más de 73 decibelios de media), al igual que las calles Santo Cristo de la Paz, Fernando Calzadilla, Martínez Saavedra o Jaime Montero de Espinosa (todas más de 72,5 decibelios). En ellas se localizan, por ejemplo, el Hospital Infanta Cristina, el colegio Diocesano y el seminario o el Centro de salud de Valdepasillas.

También Cáceres presenta un callejero marcado por la contaminación acústica del tráfico. Concretamente, los mayores problemas y niveles se registran en la conexión entre Hernán Cortés y Las Delicias, que son las dos avenidas que conducen desde la carretera de Trujillo hasta el centro --más de 75,4 decibelios--. Por detrás aparecen, entre otras, la avenida Gil Cordero, la Ronda de San Francisco o las avenida de Primo de Rivera y Virgen de Guadalupe, con espacios como colegios (Las Delicias, Nazaret, Carmelitas, Josefinas), hospitales (el San Pedro de Alcántara y el Virgen de la Montaña).

En Mérida las calles más ruidosas son las avenidas de Extremadura y Reina Sofía, que son dos de las principal arterias de la ciudad y donde está, por ejemplo, el Instituto de Secundaria Santa Eulalia. También registra niveles muy elevados la calle Almendralejo o la Juan Carlos I.

El Plasencia la palma se la lleva la avenida de la Salle --72,4 decibelios--, donde se encuentra el ambulatorio, la Universidad de Extremadura o el Colegio Santiago Ramón y Cajal. Mientras que en Villanueva de la Serena destaca la carretera de Guadalupe --72,3 decibelios--; en Navalmoral, la travesía de la antigua N-V; y en Zafra, la travesía de la carretera Badajoz-Granada --72,1--.