Cerca de 300 ayuntamientos extremeños --la mayoría de pequeño tamaño-- están pendientes de renovar su catastro y se encuentran técnicamente fuera de la ley al no haberlo renovado desde hace más de una década. En el momento en el que Hacienda actualice sus datos el valor catastral de sus inmuebles aumentará entre un 70% y un 300%, dependiendo del efecto concreto que haya tenido en cada municipio el fuerte incremento del precio de los pisos a lo largo de los últimos años.

Pero la renovación del catastro no sólo afecta al valor de los inmuebles, sino que supone la actualización cara al pago del Impuesto de Bienes Inmuebles, que puede dispararse. Hay muchos ayuntamientos que prefieren no dar este paso, al menos de momento, y la Dirección General de Catastro ha decidido, de forma oficiosa, actuar únicamente en aquellas localidades que lo soliciten.

LEGISLACION CLARA Aún así, la nueva Ley del Catastro Inmobiliario, que entró en vigor el 1 de enero de este año, es clara: la revisión colectiva --son habituales las actualizaciones parciales-- puede hacerse pasados cinco años de la anterior a petición del ayuntamiento correspondiente "y se realizará, en todo caso, a partir de los diez años desde dicha fecha".

Paulino Alonso, máximo responsable de la Gerencia del Catastro de Extremadura, reconoce que desde 1994, fecha en la que Hacienda ordenó una revisión global, en la región se ha actualizado el catastro de 106 localidades, de forma que quedan 277 por hacerlo. Según Alonso, la comunidad está en pleno proceso de renovación catastral, aunque diversas fuentes del sector inmobiliario han explicado que son los propios municipios los que tratan de retrasar en lo posible el catastrazo , que podría disparar los precios de las viviendas en sus localidades.

Alonso señala que pese a que sólo se ha actuado sobre el 28% de los ayuntamientos extremeños, éstos son los mayores de la comunidad, de forma que se ha renovado el valor del 63% de los bienes inmuebles. Y es que la gran mayoría de los que están pendientes son pequeñas localidades, aunque hay alguna excepción. Es el caso de Trujillo, que acumula ya 17 años desde la última revisión castastral, al igual que Jarandilla de la Vera, Guareña, Hornachos o San Vicente de Alcántara.

DIFERENCIA DE PRECIO Otro ejemplo que deja claro el atraso en materia catastral en la región es el del precio medio de los inmuebles. Según explican desde Hacienda, el objetivo a seguir es que el valor catastral de un inmueble se aproxime al 50% de su valor de mercado. Sin embargo, esto está muy lejos de cumplirse en el caso de Extremadura. No en vano el valor medio de los pisos se situaba a principios de este año en los 76.000 euros, mientras que el valor medio catastral se queda en los 18.000 euros. Es decir, que en la comunidad el valor catastral medio de un inmueble se sitúa en torno al 25% de su valor de mercado.

En el caso del catastro urbano están aún sin renovar 277 municipios extremeños, mientras que en el catastro rural los trabajos están algo más avanzados y son 200 los municipios pendientes de esta actualización.

El principal problema a la hora de renovar los catastros extremeños es el elevado número de municipios que hay en la comunidad autónoma, lo que dificulta enormemente el trabajo de los técnicos. Paulino Alonso destaca que en estos momentos se renueva el catastro de la región a un ritmo de diez localidades al año, aunque si se continúa así aún se tardaría casi tres décadas en completar el proceso.