Se hizo el remolón para salir del bombo, pero el tercer premio salió para repartir 500.000 euros por billete y 50.000 euros por décimo a cada premiado que confió en la suerte de la administración 187 de Madrid, situada en la avenida Ciudad de Barcelona, la única que ha vendido el número 75.913.

De nuevo una cifra final no apta para supersticiosas, que no compra cualquiera pero que suele ser muy buscada, ha vuelto a traer la suerte y un dinero que seguro servirá para sortear la crisis y algún que otro capricho.

El responsable de la administración que ha vendido el tercer premio de forma íntegra, Juan Angel González Peñaranda, también ha resultado premiado. Dedicará los 50.000 euros que le ha tocado por tener un décimo a "tapar algún agujero" y ayudar a su hija mayor, en paro desde hace cinco meses. "Lo importante es que la crisis no nos toque las bolas", ha dicho Manolo, uno de los cerca del millar de asistentes al sorteo, que por primera vez se ha celebrado en el Palacio de Congresos de Madrid.

El lotero y su mujer, Conchita, llevaban jugando a este número desde hacía 20 años junto con una amiga que regenta un quiosco de prensa en Menéndez Pelayo. Todo se había vendido en el barrio, en el mercado junto al quiosco y en el cercano comedor de empleados de Renfe, al que acuden muchos de los que trabajan en la estación de Atocha y las instalaciones adyacentes. "Nunca habíamos dado nada en Navidad", señalaba emocionada, Conchita. Su amiga había repartido más de medio centenar de décimos y participaciones de 10 euros del 75.913 entre otro buen número de vecinos y comerciantes del mercado de abastos. "El pescadero, la de los encurtidos, el charcutero... ¡Todos tienen papeletas!". Y es que muchos estaban abonados al mismo número desde hacía años.

Este tercer premio salía cuatro minutos antes del mediodía. Lo cantaban los niños, Marisel Carvajal y Alfredo R. Grande en el tercer alambre de la séptima tabla, que fue extraído por Borja Alonso y Antonio J. Baeza, que también dieron uno de los quintos premios y volvieron a repartir ilusión.