La radical transformación que Juan Pablo II operó en las relaciones entre Cuba y el Vaticano ha quedado en evidencia con la decisión de Fidel Castro de decretar tres días de duelo por la muerte del Pontífice. El líder del único país comunista de Occidente envió ayer un mensaje de condolencias al Vaticano en el que destacó el trabajo que llevó a cabo el Papa "a favor de la paz, la justicia y la solidaridad entre todos los pueblos".

"Ante la triste noticia del deceso de Su Santidad Juan Pablo II, le expreso las más sentidas condolencias del pueblo y el Gobierno cubanos", manifestó Castro en el mensaje que dirigió al cardenal camarlengo, el español Eduardo Martínez Somalo, la máxima autoridad del Vaticano desde la muerte del Papa, el sábado. El líder cubano señaló que la visita del Pontífice a la isla, en enero de 1998, "quedará grabada como un momento trascendental en las relaciones entre el Estado Vaticano y la República de Cuba".

Europa. Las manifestaciones de duelo por la muerte de Juan Pablo II fueron la constante en todo el mundo. En Francia, el presidente Jacques Chirac asistió en compañía de su esposa a una misa solemne celebrada en la catedral de Notre Dame. El diario Le Parisien publicó los resultados de una encuesta que señalan que el 53% de los franceses desean que el próximo Papa sea "más progresista".

En el Reino Unido, mientras, el primer ministro Tony Blair decidió retrasar el anuncio de la convocatoria de elecciones, previsto para hoy. Downing Street hizo público un comunicado en el que precisó que el premier británico asistirá a una misa por Karol Wojtyla en la catedral de Westminster.

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, calificó a Juan Pablo II como "un líder espiritual de dimensión histórica", mientras que el presidente del Parlamento Europeo, el español Josep Borrell, ordenó que las banderas en las dos sedes de la Eurocámara (Bruselas y Estrasburgo) ondeen a media asta.

Estados Unidos. Al mensaje de condolencias que el presidente de EEUU, George Bush, hizo llegar al Vaticano pocas horas después de la muerte del Papa, se sumó ayer la solidaridad del demócrata Bill Clinton. El expresidente destacó el papel del Pontífice en la caída del comunismo en el este de Europa y su "profunda preocupación por el sufrimiento del pueblo bosnio", en referencia a la guerra que en los años 90 hizo coincidir las agendas de ambos líderes.

América Latina. El luto se expresa con fervor especial en América Latina, donde vive el 50% de los católicos del mundo. Desde México hasta Argentina se sucedieron los mensajes de condolencias. En Brasil, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva decretó siete días de luto y manifestó su deseo de que el próximo Pontífice sea un latinoamericano. "Sería mejor todavía si fuese un brasileño --dijo--. Vamos a hacer fuerza por eso".

Comunistas. Sin el entusiasmo de La Habana, otros dos países comunistas expresaron sus condolencias. "Presentamos nuestras condolencias tras la muerte de Juan Pablo II", manifestó, a través de un escueto comunicado, el Ministerio de Asuntos Exteriores de China, país que no mantiene relaciones con el Vaticano. "Esperamos que, bajo el nuevo pontificado, se creen las condiciones para mejorar las relaciones con China". El Gobierno de Vietnam, país donde viven 8 millones de católicos, también envió un mensaje a la Santa Sede.