¿Podrían convertirse los pueblos en los nuevos paraísos fiscales españoles? ¿Puede ser la fórmula mágica para fomentar la actividad empresarial y la dinamización económica en el mundo rural?

Esa es la novedosa propuesta lanzada hace unos días por Jaime Izquierdo, jefe del Servicio de Programas y Coordinación del Instituto de Desarrollo Rural del Principado de Asturias. Izquierdo, que participó en el I Encuentro sobre desarrollo rural: Perspectivas de futuro celebrado en Mérida, tiene claro que la actual estructura fiscal grava especialmente a las empresas más pequeñas, lo que en muchas ocasiones impide la creación de nuevas compañías.

Por eso, el dirigente asturiano cree que hace falta una política fiscal diferenciada para los núcleos rurales que contemple las particularidades de los pequeños municipios, como es el caso de los conocidos bar-tienda .

EL PATRIMONIO

Durante los intensos debates desarrollados en la capital extremeña, el director general de Patrimonio Cultural de la Junta de Extremadura, Francisco Pérez Urban, defendió la importancia del patrimonio como factor de desarrollo en el mundo rural.

En este sentido, solicitó un poco de comprensión a los habitantes de estas zonas porque "no se puede abrir un museo en cada pueblo", puesto que se podría generar una oferta "saturadora y monótona".

Por otra parte, destacó la importancia de la nueva concepción del patrimonio como legado "que ha generado un gran número de recursos que antes estaban ociosos". Por último, dejó claro que el uso de este patrimonio nunca debe pasar por encima de su conservación, que es la gran prioridad.