En la zona de Mérida existen actualmente tres proyectos para construir centrales térmicas: los de Alange, Valverde de Mérida (que desarrollan dos multinacionales, la suiza Advanced Power y la alemana Siemens Project) y el de La Zarza (por la multinacional suiza EGL). Además, existía una cuarta iniciativa, también en Alange, promovida por Hidrocantábrico, que fue posteriormente retirada.

Este overbooking de proyectos en la comarca emeritense se debe a que se trata de una zona que cumple con todas las características necesarias para este tipo de instalaciones: disponibilidad de agua; proximidad a un gasoducto; y cercanía de infraestructura eléctrica. Sin embargo, el consejero de Industria extremeño, José Luis Navarro, ya avisó en febrero pasado que "por criterios de ordenación del territorio" únicamente habrá una central térmica en esta comarca.

De esta forma, explicó, solo uno de los tres proyectos en marcha recibiría el beneplácito de la Junta y sería aquel que obtuviese las autorizaciones necesarias en primer lugar. "No tendría mucho sentido esperar a que los reunieran todos ellos", se argumentaba ayer desde la Consejería de Industria.

Esto no quiere decir que no se vayan a construir más centrales de ciclo combinado en la región, aunque en principio la Junta solo baraja la posibilidad de que se ponga en marcha otra más, que estaría situada previsiblemente "al norte de la provincia de Cáceres", apuntaban ayer fuentes de la consejería.

En cuanto a la central proyectada por Iberdrola en Alange, esta tiene una potencia de 850 mw, con los que puede llegar a aportar al sistema unos 6.800 gw/h, evacuados a través de una futura subestación eléctrica. El combustible lo obtendría del gasoducto Almendralejo-Mérida y el agua del embalse de Alange. Con 242 millones de euros de presupuesto, está previsto que su construcción dé trabajo a unas cuatrocientas personas de media, que podrán llegar a ser el doble durante determinadas fases. Una vez construida, generaría 50 empleos fijos.

Los ciclos combinados han proliferado en buena parte del territorio español durante la última década. El año pasado finalizó con 21.566 megavatios instalados en España, lo que supone un 22,7% de toda la potencia eléctrica española (el 32,4% de la de régimen ordinario), según recoge el Balance energético 2008 de la patronal eléctrica Unesa. "El gas natural ocupa un lugar principal en la política energética de nuestro país para el cumplimiento de las exigencias derivadas del Protocolo de Kioto sobre reducción de emisiones. Esta estrategia se basa, principalmente, en las centrales de ciclo combinado", se apunta en la memoria de Unesa.