El cerco de las fuerzas estadounidenses alrededor de Bagdad, con el aeropuerto prácticamente bajo su dominio y las principales carreteras de entrada y salida a la capital controladas, empieza a cerrarse. Sin embargo, el control aún no significa que el aeródromo y esas vías estén asegurados. Con las informaciones constantes de acciones de resistencia iraquís y el descubrimiento de instalaciones subterráneas, el Pentágono reconoció ayer a través de su portavoz, Victoria Clarke, que aunque "el miedo y el terror empiezan a evaporarse de Irak, según se acerca el final de un régimen puede quedar por delante un enfrentamiento muy duro".

Sus palabras parecían reflejar la situación que se daba anoche en el Aeropuerto Internacional de Bagdad --antes denominado Sadam Husein--, donde el Pentágono admitió tener "un número sustancial de fuerzas" pero aún sometidas a la resistencia "esporádica" iraquí. EEUU envió anoche al lugar a cientos de soldados de refuerzo, con los que el Pentágono estima que logrará asegurar el aeropuerto en los próximos días o incluso horas.

La amenaza de ataques "no convencionales" anunciada por el régimen de Bagdad tampoco pareció amedrentar a los estadounidenses. "Cuando iniciamos esta operación esperábamos lo inesperado", dijo en el Pentágono el general Stanley Crystal.

LAS VICTIMAS

Hasta ahora, en la batalla por el aeropuerto, han muerto según el Pentágono, 320 iraquís y dos estadounidenses, aunque informaciones de algunos periodistas destacados en la zona sitúan las bajas iraquís en más de 400. Uno de ellos es un reportero de la cadena de televisión norteamericana CNN que acompaña al tercer escuadrón del Séptimo de Caballería de la Tercera División de Infantería, que ayer informó de que el aeródromo seguía siendo "territorio hostil" sometido desde los alrededores a "fuego constante" de tropas de la Guardia Republicana y las milicias iraquís.

Pese a la batalla aún abierta, el Comando Central había anunciado ya por la mañana el control del aeropuerto --definiéndolo como "la puerta al futuro de Irak"-- y de los caminos que entran y salen de Bagdad, incluyendo la ruta que une la capital con Tikrit. Según el brigadier general Vincent Brooks, el control de esa carretera evitará la salida de los líderes iraquís de la ciudad.

2.500 RENDICIONES

Varios convoyes de marines estadounidenses avanzaban ayer hacia posiciones en los suburbios en el sureste de Bagdad desde la ciudad de Kut, a unos 160 kilómetros al sur de la capital donde el Comando Central estadounidense aseguró que se habían rendido 2.500 miembros de la División Bagdad de la Guardia Republicana. Sobre la aparición televisiva del presidente iraquí, Sadam Husein, el Pentágono afirmó que "no importa" si ésta vivo o no, que lo que cuenta es que "los días del régimen están contados".

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