A partir del 1 de enero del 2009, la cesión de una casa a un hijo o un nieto para que se convierta en vivienda habitual no tributará. Tampoco lo hará la donación de una explotación agraria o un negocio familiar a los hijos o el cónyuge, siempre que éstos continúen con la actividad. Así se recoge en el texto de reforma de las medidas fiscales de Extremadura, que ayer superó su primer trámite parlamentario.

Esto supone el traslado a Donaciones de las rebajas y exenciones que ya se aplicaban a Sucesiones, con el fin de facilitar el traspaso de bienes en vida del propietario.

Además, se actualizan los precios de los inmuebles a la hora de aplicar las bonificaciones. Antes, la escala partía de un valor de la vivienda de 72.000 euros, a la que, si era herencia de padres a hijos para residencia habitual, se aplicaba una rebaja del 100% en el impuesto. A partir de ahí se iniciaba la escala de reducciones progresivamente menores. Ahora el valor mínimo para la exención total se eleva a 122.000 euros.

El consejero de Hacienda, Angel Franco, reconoció que las rebajas se han minimizado --de hecho sólo supondrán para los extremeños una rebaja fiscal total de 1,1 millones-- dado que la crisis "ha mermado el flujo de recursos que nutren la hacienda regional". De ahí que no se aborde, como se anunció, la supresión en la práctica de estos impuestos.

También se recoge en la reforma fiscal la moratoria de un año para el Impuesto sobre Solares. En este gravamen se actualiza el censo de poblaciones donde no se aplicará este tributo. Tal como recogía el reglamento fiscal del 2004, no habrá que pagarlo en localidades de menos de 10.000 habitantes, pero ahora se toma como referencia el padrón del 2007, para adaptarse a los cambios en la población.

El PP se opuso a estas medidas alegando que no inciden en el alivio de impuestos a las familias y trabajadores para ayudarles en la crisis, mientras que sí benefician a bancos y constructoras, según apuntó la diputada del PP Pilar Vargas.