Cientos de miles de personas han huido de sus casas en el norte de Irak. No escapan sólo de los intensos bombardeos de EEUU sobre las ciudades de Mosul y Kirkuk. Muchos varones, mayoritariamente kurdos, intentan también evitar ser reclutados por el Ejército de Sadam Husein.

Los desplazados en esa región son entre 300.000 y 450.000, según la Oficina de Coordinación Humanitaria para Irak, dependiente de la ONU. También huyen de Suleimaniya, Arbil y Dohuk. Esta última, a 60 kilómetros de la frontera turca, es una ciudad fantasma: ha sido abandonada por el 85% de sus habitantes, según esa fuente.

HUIR DEL RECLUTAMIENTO

La inmensa mayoría de esas personas buscan refugio contra las bombas en la región autónoma del Kurdistán iraquí, fronteriza con Turquía. Y las que no huyen de los bombardeos, lo hacen del reclutamiento forzoso del Ejército iraquí, que busca casa por casa a varones jóvenes kurdos y turcomanos. El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) agiliza sus trabajos para afrontar un eventual éxodo en la zona. Ayer llegó a la localidad turca de Silopi, a 25 kilómetros de la frontera con Irak, un convoy para levantar un campo de refugiados.

MANDO NORTEAMERICANO

EEUU señaló ayer que ya tiene comandos especiales en el norte de Irak. El jefe de esas unidades, el general Henry Pete Osman, así lo confirmó, aunque no dijo cuántos soldados tiene a su mando y si su misión es abrir ya el frente norte. Osman anunció el establecimiento de un mando de enlace militar para coordinar las actuaciones de los militares y de las organizaciones de ayuda humanitaria que operan en el sureste de Turquía y en el norte de Irak.

Mientras EEUU va encontrando vías para colocar tropas en el norte de Irak, a pesar de que Turquía les negó el paso por su territorio, Ankara seguía insistiendo ayer en desplegar sus fuerzas en Irak, al menos en una franja de 20 kilómetros a lo largo de la frontera, donde instalaría tres campos de refugiados en previsión de un éxodo kurdo.