Cinco grandes incendios asolaron ayer parte de la comarca de Las Villuercas-Ibores y del este de Extremadura y provocaron el desalojo de un millar de personas de la localidad cacereña de Navalvillar de Ibor. Al cierre de esta edición los cinco focos continuaban activos y se habían unido en algunos frentes, aunque el consejero de Desarrollo Rural, Javier López Iniesta, lanzó un mensaje de tranquilidad. Este habló de más de mil hectáreas quemadas aunque testigos presenciales multiplican varias veces la cifra.

López Iniesta confirmó lo que a lo largo de la tarde se había convertido en un secreto a voces. Cinco grandes fuegos, de cientos de hectáreas cada uno y al parecer todos provocados, estaban arrasando parte del este de la región. Ante esta situación la Consejería de Desarrollo Rural decretó, a las cinco de la tarde, el nivel de alerta 2, que activa todos los medios disponibles tanto de la comunidad autónoma como del Ministerio de Medio Ambiente. Sólo 15 minutos después la Consejería de Presidencia activaba el plan de emergencia Platercaex en su nivel 1 y a las diez de la noche se elevaba el nivel de emergencia en las zonas de Las Villuercas y los Ibores y se constituía un gabinete de crisis con presencia de Junta, Delegación del Gobierno y diputaciones provinciales.

TRAGICA SECUENCIA Todos los focos se iniciaron en un intervalo de poco más de ocho horas y la secuencia de los mismos ha hecho que la Guardia Civil piense que han sido todos intencionados y, posiblemente, provocados por la misma persona o personas, según indicó López Iniesta. Y es que todos los municipios donde nació el fuego están conectados por dos carreteras autonómicas --la EX-118 y la EX-102-- y los intervalos horarios entre unos y otros hacen que sea factible la posibilidad de que una persona haya realizado los trayectos en coche y haya provocado sucesivamente los fuegos.

Poco antes de las dos de la tarde se detectaba el primer foco en Cañamero, en una zona arbolada de pino y encinas muy próxima a la población. De hecho, fue necesario desplazar a una parte de la población a otra zona del municipio debido al humo.

Una hora después se declaraba un nuevo incendio, en esta ocasión en Castañar de Ibor, en otra zona arbolada. A las cuatro y veinte saltaba la alarma en un pinar del término municipal de Talarrubias. Horas más tarde surgía un foco en Alía y un quinto incendio fue declarado en torno a las ocho y cuarto de la tarde en Castilblanco. Además de la gravedad de estos focos, los técnicos del Infoex trabajaban en sofocar otros pequeños incendios a lo largo de toda la región (prácticamente todos estaban anoche controlados o extinguidos) y veían como se complicaban los trabajos de extinción por la humedad --de entre el 15% y el 20%-- y las rachas de viento de hasta 50 kilómetros/hora. Finalmente, cerca de las nueve se ordenó evacuar Navalvillar de Ibor.

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