Para muchos extranjeros residentes en Extremadura, las del 2007 serán sus primeras elecciones con derecho a voto en España, pero hay otros que ya gozan de amplia experiencia en eso de depositar su voto en las urnas. Este es el caso de Héctor Norberto Prinzo, un argentino que llegó a España hace 15 años. Para este profesor de Educación Física residente en Badajoz, "es signo de que una democracia disfruta de buena salud que tanto nacionales como extranjeros podamos elegir a los administradores de nuestra ciudad. Todos colaboramos con nuestros impuestos y participamos para que la ciudad sea más habitable". Prinzo, aparte de ejercer como elector, en su día formó parte del PCE.

Otra argentina residente en Extremadura es Elisabeth Barroso, que desde junio del 2004 vive en Navalmoral de la Mata, informa Noelia Pérez. Elisabeth trabaja en la actualidad como voluntaria en la asociación Cáceres Acoge, que tiene su sede en la localidad morala. "La situación aquí es muy distinta a la que hay en mi país. A diferencia de lo que ocurre en Argentina, todo está muy ordenado y las normas se cumplen. Además, los inmigrantes tenemos muchas facilidades", explica esta argentina de 63 años, que insiste en que "poder votar y elegir a la persona que creo conveniente para que me represente supone un paso más hacia la integración de todos".

Por vez primera

El que sí acudirá por primera vez a votar después de su nacionalización es el marroquí Said Aboufarif, propietario de un comercio en Cáceres. Para Said, "estas elecciones son importantes para sentirme parte de la ciudad. Me parece perfecto tener la posibilidad de elegir a la persona que gobierne el sitio donde vivo".

Además de los naturalizados, también son muchos los ciudadanos de la UE que han fijado su residencia en Extremadura en los últimos años. Estas personas tienen en las elecciones municipales la única posibilidad de encontrarse con las urnas en territorio español. El inglés Russel York lleva doce años instalado en Badajoz y siempre acude a ejercer su derecho al voto. Sin embargo, este actor y director teatral de 41 años se muestra crítico a la hora de evaluar el sistema para elegir a sus representantes municipales: "No sabemos a ciencia cierta a quiénes estamos votando ni quién es el representante de nuestra ciudad en el Parlamento. No me gusta que se antepongan los partidos a las personas, porque muchas veces supone un conflicto. ¿Qué pasa si el candidato de tu afinidad política es un inepto?, ¿renuncias a tus principios o dejas la administración de tu ciudad en alguien en quien no confías".