Las principales ciudades extremeñas tienen aún un amplio margen de crecimiento urbanístico. Así lo desvelan los datos de la Dirección General del Catastro, que indican que todas las grandes localidades menos Villanueva de la Serena tienen vacío más de un 30% de su suelo urbano. En total las ocho ciudades --Cáceres, Navalmoral, Plasencia, Mérida, Badajoz, Don Benito, Villanueva de la Serena y Zafra-- tienen en sus núcleos urbanos más de 2.700 hectáreas sin utilizar, aunque la situación varía mucho de un caso a otro.

Según el último informe que maneja el Catastro, dentro de este grupo el municipio que aún tiene un mayor margen de maniobra es, con mucha diferencia, Mérida, donde nada menos que el 55% del suelo urbano está vacante en estos momentos. Por encima del 40% de superficie urbana vacante se encuentran también Cáceres (49,32%), Plasencia (46,27%), y Navalmoral de la Mata (40,31%).

En el penúltimo escalón, con más de un tercio del suelo sin usar, están Don Benito (33,78%), Zafra (32,51%) y Badajoz (30,41%). Villanueva de la Serena es la única de estas localidades que se sitúa por debajo de esa frontera del 30% de superficie vacante, con un 23,62% de suelo vacío.

Panorama regional

Pero esta situación no es exclusiva de los grandes municipios de la comunidad autónoma. Y es que los datos de la Dirección General del Catastro confirman que hay algo más de un centenar de municipios extremeños que viven una situación similar, la mayoría de los cuales (68) se ubica en la provincia de Cáceres.

En el extremo contrario hay hasta 17 municipios de Badajoz que ya han agotado más del 99% de su superficie urbana, con lo que en estos momentos tienen un escaso margen de maniobra a no ser que logren modificar la calificación de terrenos rústicos de su término municipal a través de los Planes Generales de Ordenación Urbana (PGOU).

Las localidades en esta situación son Capilla, Castilblanco, Cheles, Esparragosa de Lares, Fuentes de León, Garlitos, Helechosa, La Codosera, Montemolín, Orellana de la Sierra, Puebla de Alcocer, Sancti-Spíritus, Tamurejo, Valencia de las Torres, Villagonzalo y Zarzacapilla. A estos nombres se suma el de Baterno, el caso más extremo de la región puesto que, según el Catastro, no tendría una sola hectárea vacante para construir

Aún así, hay que tener en cuenta que se trata de los datos que maneja la oficina del Catastro, con lo que no se incluye todo el término municipal --sólo el núcleo urbano-- y, además, en el algunos casos no están totalmente actualizados debido al retraso que hay en los trabajos de actualización del catastro extremeño.

En numerosas ocasiones las promotoras inmobiliarias han responsabilizado a los ayuntamientos del incremento del precio de la vivienda debido a la ausencia de suelo. Por eso han reclamado la puesta en marcha de un proceso real de liberalización del suelo, especialmente teniendo en cuenta que, a su juicio, el precio del suelo es el factor que más incide en el coste final de una vivienda.