A la hora de analizar el abandono escolar prematuro y el fracaso escolar, es necesario tener en cuenta la variable social, ya que muchas veces es la causa fundamental, si no única, de estos problemas. Así puede comprobarse si estudiamos las tasas de abandono o fracaso escolar por barrios, lo que nos llevará a descubrir, por ejemplo en el caso de Badajoz, que los índices se cuadruplican en la zona de Los Colorines, mientras que se reducen en el área de Los Salesianos.

¿Por qué ocurre esto? Porque la escuela no es igualitaria, sino que reproduce la desigualdad social. Esta visión marxista contrasta con otra liberal que defiende que el fracaso es solo responsabilidad de cada uno y con la que yo no estoy de acuerdo. En mi opinión, los niños de familias desestructuradas no ven el estudio como una oportunidad de promocionar socialmente, porque sus padres les transmiten una visión fatalista de la sociedad. Además, cuando van a la escuela se encuentran a un profesor de distinta clase social al que no entienden, porque, por ejemplo, no comparten su lenguaje. Este problema, la carencia lingüística, es muy importante, ya que si no dominas los códigos lingüísticos (escasez de palabras, adjetivos, mal utilizados, verbos mal conjugados, carencia de términos abstractos...), no tienes base educativa.

Por el contrario, las clases medias y altas tienen más medios (libros, internet...). Por eso, creo que la lucha contra el fracaso escolar debería ser más profunda, ya que la raíz está en el estilo de sociedad que hemos creado, donde los que están abajo tienen muchas dificultades para poder ascender de clase social.

*Catedrático de Sociología de la Facultad de Educación de la Uex.