Comienza la octava legislatura. José Luis Rodríguez Zapatero resultó ayer elegido nuevo presidente del Gobierno con un discurso articulado desde el consenso y su oferta de diálogo. Las bases de un proyecto para una España mejor que no tuvo referencias directas a Extremadura, pero en el que sí quedan definidos los ejes de nuevas políticas de desarrollo que redundarán en la comunidad autónoma.

Zapatero tiene un compromiso con Juan Carlos Rodríguez Ibarra, y con esta región. Cinco retos para hacer tangible el dibujo de la Extremadura que el presidente extremeño le propuso en mayo del 2002. Una factura que pasa por el impulso del corredor ferroviario internacional de alta velocidad, la puesta en marcha de un Plan Especial de Empleo, la aceleración de las obras de la Autovía de la Plata, el afianzamiento de la apuesta tecnológica y la activación de una política de incentivos regionales para la industria agroalimentaria.

Nuevas energías

En su discurso de investidura faltó poner nombres y apellidos a algunas de sus iniciativas, aunque muchas de estas propuestas están encaminadas a hacer realidad su compromiso con Ibarra. Como avanzó EL PERIODICO EXTREMADURA, una de estas promesas será el cierre de Almaraz en el 2010. No habrá prolongación de la vida útil de la central nuclear extremeña. Será el primer paso en la apuesta del PSOE por el fomento de las energías renovables y el abandono progresivo de la energía nuclear.

Aunque las firmas propietarias de Almaraz ya han anunciado su intención de solicitar la ampliación de la licencia de actividad de la planta, existe un acuerdo previo a las elecciones en el que se contempla esta clausura como unas de las prioridades del Gobierno extremeño.

Empleo y desarrollo rural

El Plan Especial de Empleo para Extremadura tampoco estuvo presente en el discurso, aunque Zapatero sí expresó una apuesta decidida por el desarrollo rural y la viabilidad de la agricultura familiar. En síntesis, las bases de un modelo que Ibarra hace compatible con la Extremadura tecnológica y en el que el mundo rural extremeño juega un papel fundamental. El prometido plan de empleo para Extremadura fija además como prioridad todas las iniciativas que primen las actuaciones en el desarrollo rural y la generación de empleo estable para los sectores más desfavorecidos, dos ejes sobre los que el nuevo presidente incidió durante el pleno de investidura.

Para el nuevo Gobierno en Madrid, las estrategias en este ámbito deberán ligarse a las políticas que se pongan en marcha para favorecer la competitividad de la industria agroalimentaria, donde se considera fundamental la activación de un nuevo programa de incentivos regionales.

Cambios que también anunció dentro del Plan Hidrológico y como respuesta a la nueva política del agua que pretende el PSOE. Esta idea podría llevar a la paralización de algún proyecto extremeño y su sustitución por actuaciones más eficientes.

Infraestructuras

Las infraestructuras es otro de los pilares del proyecto de Zapatero, quien anunció que aprobará, antes de final de año, un ambicioso Plan Nacional de Transportes e Infraestructuras. En el Consejo Europeo de Lisboa se abogó por la inversión en infraestructuras "como factor clave para el crecimiento económico" y el PSOE tiene claro que esta apuesta beneficia al equilibrio territorial entre comunidades. El AVE Madrid-Lisboa por Extremadura, la aceleración de la A-66, las nuevas autovías que afectan a la región o la mejora de las comunicaciones ferroviarias en la comunidad, son algunas de las medidas que Zapatero contemplará en este plan.

Papel de las autonomías

Las otras medidas que, sin duda, también beneficiarán a Extremadura pasan por la intención del líder socialista de tener contactos periódicos con los presidentes autonómicos y crear una Conferencia de Presidentes, donde estén representados el del Gobierno y los regionales, para vertebrar una España con sus particularidades.

Se abre así una etapa de esperanza para Extremadura, la tierra que vio nacer al capitán Lozano, el hombre que ha marcado la vida del nuevo presidente español y cuyo recuerdo sirvió para cerrar su discurso de investidura.