El problema de la alta siniestralidad de las avionetas de fumigación no parece ser exclusivo de Extremadura. Los accidentes se suceden también en otras regiones españolas, principalmente Andalucía, a las que se suma el sur de Portugal, en donde la Administración parece haber escuchado las críticas que se producen desde el sector. Lo curioso es que casi todos los accidentes tienen una cosa en común: los aparatos siniestrados son avionetas americanas Piper, como la que se estrelló el martes en Valdivia contra el cableado de alta tensión, o como las que se han accidentado en los últimos años en la región.

Según los datos de la Comisión de Investigación de Accidentes de Aviación, organismo dependiente del Ministerio de Fomento, el pasado año se produjeron en España 17 accidentes de avionetas fumigadoras y todas ellas eran de marca Piper, aunque no todas realizaban tareas de fumigación o siembra cuando se estrellaron, ya que algunas se utilizaban para instrucción de vuelo.

LA SEGURIDAD

¿Son seguras estas avionetas? Los expertos aseguran que en vuelo es muy estable y fácil de pilotar y que responde rápidamente al motor y a los mandos. Pero es difícil de maniobrar en tierra, ya que al tener rueda trasera, el panel y el motor tapan la pista. Se trata, pues, de un dato significativo teniendo en cuenta que entre las maniobras más peligrosas de la fumigación se encuentran el despegue y aterrizaje y que el vuelo debe hacerse casi a ras de suelo.

La Piper para fumigación suele ser monoplaza, no dispone de instrumentos de navegación, excepto un compás magnético, y puede disponer de piloto automático en cuanto a nivel de vuelo y rumbo. Tiene una velocidad máxima de crucero de 140 nudos. Su peso está entre 1.000 y 1.500 kilos y dispone de tanques de carga de entre 400 y 900 kilos. En cuanto a su precio, puede oscilar entre los 48.000 y los 120.000 euros.

LOS SEGUROS Y LA PIPER

El elevado índice de siniestralidad de este tipo de aparatos ha provocado que las tarifas de las aseguradoras sean muy elevadas, según indican los pilotos, quienes advierten de que en ocasiones no se asegura el casco de la avioneta con el objetivo de reducir costes, lo que supone grandes pérdidas en caso de accidente.

Curiosamente, este tipo de avionetas se dejaron de fabricar hace muchos años por problemas de reglamentaciones de seguros en Estados Unidos, por lo que muchas de las que pueden verse en la actualidad en los cielos españoles son antiguas. No obstante, un cambio en la normativa permitió que las grandes fábricas como Piper reabrieran sus líneas para volver a construir estos pequeños aviones.

Piper se vio obligada a cerrar sus puertas porque la legislación americana obligó a todos los fabricantes de este tipo de aviones a asumir responsabilidades por accidentes y sus consecuencias a terceros con una enorme retroactividad. Debido a ello, las primas de seguros que se debían pagar resultaban muy costosas y muchas veces inasumibles. Además, este tipo de avionetas usan motores de pistón bastante antiguos y que no han sido remodelados con las nuevas tecnologías electrónicas, otro factor que supone que el riesgo sea mucho mayor.

EN EL EJERCITO

En 1995 la Administración norteamericana creó nuevas leyes, lo que dio lugar a que fábricas como Piper pudieran volver a construir sus avionetas. Pero las Piper no sólo pueden verse por los campos españoles, también han llegado al Ejército.

Las Piper PA-24 Comanche --suelen tener nombres indios-- fueron los dos primeros aviones de ala fija integrados oficialmente en la Armada Española después del renacer de la Aviación Naval. Curiosamente estos aviones tuvieron numerosos problemas administrativos, lo que impidió que se procediera a su matriculación hasta varios años después de ser adquiridos.