La polémica desatada por la denuncia del PP contra la obra de José Antonio Montoya no es más que la última gran tormenta a la que tiene que hacer frente en su amplia trayectoria. Como reconoce el fotógrafo pacense, su carrera se ha visto constantemente salpicada por la controversia: "Problemas siempre hay, aunque nunca con tanta repercusión".

Montoya intentó exponer por primera vez algunas de las imágenes que ahora han provocado el debate en 1998. Formaban parte de la colección In Breeding y el lugar elegido era el Museo Reina Sofía de Madrid. "Pero me la censuraron", explica, y tuvo que esperar a que el Colegio de Arquitectos se interesara por ellas para mostrarlas ese mismo año en la sede de este organismo en Badajoz.

"Entonces ya hubo protestas y salieron algunas cartas al director en los periódicos. Unas eran a favor y otras en contra. Pero yo estaba tranquilo, porque mi intención nunca ha sido ofender a nadie, sino criticar", recuerda. De hecho, en aquella época sufrió uno de los incidentes más graves que le ha ocasionado su producción: "Me quemaron el coche en Salamanca por una muestra en la que incluía algunas de esas imágenes".

En el 2003, en una iglesia

Su obra tampoco se salvó de la polémica hace cuatro años en Cáceres, donde aterrizó de la mano de la galería Emac para participar en la tercera Feria de Arte Contemporáneo Foro Sur. Allí mostró otra hornada de montajes de figuras religiosas desnudas, semidesnudas o practicando sexo. "Fue algo rocambolesco. Las quejas llegaron porque la Iglesia y algunos visitantes --tal y como también señaló ayer Rodríguez Ibarra-- señalaban que el lugar de exposición, la iglesia de la Preciosa Sangre, no era el sitio idóneo para las fotografías. La culpa no era mía, sino de los organizadores, que las colocaron allí. La única persona que me defendió fue Mercedes Vostell, la viuda del artista alemán Wolf Vostell".

El debate no nació del contenido de las fotos, sino de que estuviesen en un antiguo templo religioso, a pesar de que el edificio ya no se utilizaba para culto religioso, sino únicamente para eventos culturales.

A la inaguración de aquella edición de Foro Sur, en mayo del 2003, asistieron el presidente de la Junta, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, y el alcalde de la localidad, José María Saponi, entre otras autoridades. Todos pasaron por delante de las fotografías de Montoya, que no dejó indiferente ni siquiera a sus propios compañeros de exposición ni a los promotores. De hecho, Antonio Morán, director de la Emac, ya avisó entonces --tras escuchar los comentarios en voz baja de algunos visitantes escandalizados--: "Para mí que va a acabar generándose una polémica".