Una de las cuestiones más llamativas de la subasta de Telefónica es que el vendedor se reserva el derecho de uso de los inmuebles durante un periodo de tiempo prefijado, pagando, eso sí, una renta como arrendataria. En cinco de los edificios que se venden en la región la cláusula prescribió al retrasarse la operación, ya que la compañía sólo los necesitaba hasta el 2002.

En el extremo contrario, quien compre los dos almacenes de Badajoz no podrá disponer de ellos nada menos que hasta el 2018.

Para el resto de inmuebles, el comprador no tendrá que esperar demasiado, ya que la empresa asegura que su intención es marcharse a lo largo del próximo año.