«Nuestro trabajo es de supervisión y vigilancia, comprobar que todo se hace con calidad, con seguridad y de acuerdo a la planificación», resume Antonio Rayo, jefe de obra de Ghesa Ingeniería y Tecnología. Esta empresa coordina la actividad del resto de las que toman parte en la recarga. «La central tiene su personal de supervisión, pero llega la recarga y es tal el volumen de trabajo que hay que reforzar la labor que hacen ellos». Así, por ejemplo, supervisan las labores de protección radiológica o de mantenimiento de cualquier tipo que realizan los empleados de otras firmas contratistas. También colaboran en la gestión de los residuos de baja actividad que se generan estos días.

En periodo de parada para recarga y mantenimiento su personal en la CNA aumenta desde las 120 hasta las 200 personas. «Para muchos de los servicios que prestamos no vale cualquier trabajador. Por ejemplo, para protección radiológica tienes que formarlos alrededor de un mes». Eso sí, agrega, una vez que reciben esta especialización y si se han rodado ya en varias recargas «se los rifan». «Van a Vandellós, Cofrentes…, porque gente de protección radiológica no hay en el mercado laboral».