Lugar de nacimiento y edad: Badajoz, 34 años. Cargo: Es la secretaria de Salud Laboral, Medio Ambiente y drogodependencia de CCOO en Extremadura. Formación: Licenciada en Derecho y técnico superior en Prevención de Riesgos.

--¿A qué achaca que en Extremadura haya una tasa tan elevada de muertes por enfermedad laboral?

--A lo de siempre. A que no se hace prevención en las empresas. Hace diez años que está la ley de prevención de riegos laborales, pero es ahora cuando se está planteando que su aplicación no se convierta solo en una formalidad, en rellenar documentos para que no te pongan una multa. En cuanto a la vigilancia de la salud, hasta hace un par de años se reducía a un reconocimiento médico igual para todos los trabajadores. Daba lo mismo si trabajabas en la construcción que si lo hacías en una mina. Durante los últimos diez o quince años no ha habido una vigilancia de la salud real y efectiva. El resultado es que en España hay muchísimas enfermedades laborales, 30.000 solo en el 2004.

--¿Qué parte de culpa corresponde en esta situación a las administraciones y qué parte a las empresas?

--Aquí la culpa está muy clara. La responsabilidad es del empresario, que tiene que velar por la salud de los trabajadores. Es él quien tiene que pagar esa vigilancia de la salud y propiciar que se haga. La Administración también tiene su responsabilidad porque, antes estas cifras tan alarmantes, tiene que tener algún tipo de reacción. Nosotros estamos pidiendo que se aumenten los efectivos para la vigilancia y control de la salud laboral. El ratio español entre inspectores y cifra de trabajadores es el más bajo de Europa. En Extremadura están una media de siete en Cáceres y otros tantos en Badajoz. ¿Qué tipo de intervención le vamos a pedir en éste ámbito?. Al final, lo que hay ahora es una dejadez absoluta de los empresarios y de parte de la Administración hacia la salud de los trabajadores, lo que da pie a que haya este número tan elevado de enfermedades profesionales.

--¿En qué medida están relacionados los elevados índices de temporalidad en el empleo extremeño con la prevalencia tan elevada de estas patologías?

--Es una causa directa, porque cuando tú tienes un empleo estable, vas asumiendo los riesgos y el empresario se preocupa de que los conozcas y te formes. Entre quienes padecen una enfermedad profesional en la región abundan las mujeres. ¿Por qué?, porque es su trabajo es mucho más precario, y la precariedad va asociada a la temporalidad.

Además, son enfermedades que aún no están reconocidas o que no estaban incluidas en el listado de enfermedades profesionales --el pasado 1 de enero entró en vigor un real decreto que lo actualizaba--. Todo esto crea una situación de indefensión y obliga a seguir un proceso muy penoso para tener derecho a una incapacidad por esa enfermedad profesional. Cómo no se ha hecho vigilancia de la salud, como determinas tú que esa enfermedad es derivada del trabajo. Cada trabajador tiene que hacer un enorme esfuerzo tanto económico como personal para poder demostrar algo que muchas veces ni siquiera es posible.

--Pero, en la mayor parte de los casos, ¿es realmente viable demostrar que un infarto o un tumor ha sido causado por una actividad laboral concreta?

--Se tiene que ir demostrando. Hay que incidir en la formación de los médicos de atención primaria y de las mutuas. Lo primero que tienen que preguntar a un trabajador cuando llega con una patología es a qué se dedica. Si hay enfermedades profesionales, tienen que reconocerse. Un trabajador solo declarará una enfermedad si tiene algún tipo de protección. Pero si yo declaro una patología profesional por la que la empresa me puede decir que soy no apto y encima por esa enfermedad no me corresponde ni una incapacidad temporal, qué trabajador se arriesga a declararla. Pues ninguno.