Un franciscano se acercó ayer a este cronista y le dijo algo en italiano que sonaba muy vaticano. "Créame: todo es lo contrario de todo. Le sugiero que lo tenga presente cuando escriba su artículo. Lo digo por las siempre peligrosas apariencias".

Banderas polacas

La Via della Concilliazione amaneció ayer con periodistas bostezando y muy llena de papeles. La fe católica actual tampoco parece practicar el civismo. Luego, mucho antes de que comenzara la primera misa dedicada a Juan Pablo II, católicos y turistas volvieron a inundar esa calle y la plaza de San Pedro. Sólo los polacos agitan con convicción la bandera de su país. Sin pretenderlo, una única bandera de EEUU era capaz de politizar el plano. Son las inevitables consecuencias de las guerras. Y ayer, como anteayer, sorprendía el número de jóvenes que rezaban con aparente devoción.

A pocos metros de la Via della Conzilliacione, en el Borgo Sant´Angelo, en el mismo edificio de la RAI, Santiago de la Cierva, director de Roma Reports, atendía al productor de televisión José Luis Chico. El periodismo, esa urgencia, busca imágenes muy concretas. Santiago de la Cierva, miembro del Opus Dei, es persona que habla muy a menudo con los cardenales más influyentes. "Una de las novedades que presenta el próximo cónclave es que va a serlo de novatos. Si dos cardenales no se recuperan físicamente será sólo Joseph Ratzinger el único cardenal que ha participado en otros cónclaves. De modo que a su prestigio habrá que añadirle una autoridad indiscutible".

De la Cierva opina que la principal preocupación de la Iglesia --se reflejará en el próximo cónclave-- es el futuro. "En los dos últimos cónclaves se hablaba de papas italianos y papas extranjeros. Hoy poca gente bien informada se pregunta si el próximo papa será italiano". Parece, pues, aceptado que el papa no tiene por qué ser italiano. "Sobre el cónclave, un cardenal latinoamericano me respondió lo siguiente: ´No sé lo que pasará, pero nosotros somos 32. ¿A quiénes se refería? Sin comentarios´".

De la Cierva recuerda cierto chiste vaticano, según el cual los dos primeros y mayores problemas que se planteó Juan Pablo II fueron los siguientes: cambiar el mundo y cambiar la curia, es decir, el Gobierno de la Iglesia. "Y decidió cambiar el mundo, porque era más fácil. Creo que puedo asegurarle que la mayoría de cardenales que no pertenecen a la curia tienen muy claro que no les gustaría tener un papa super controlador y sin experiencia pastoral, es decir, que no les gustaría tener un papa que sólo conozca la curia, la burocracia".

La primera misa dedicada a Juan Pablo II en el Vaticano ya ha acabado. Sentadas en un banco, situado frente al hotel Columbus, dos monjas consumen con devoción sendos helados. Las cadenas de televisión entrevistan a sacerdotes y religiosos. Uno busca con la mirada a Delia Callagher, de la CNN, pero no la encuentra. Sí recuerda sus palabras. "Sobre el futuro de la Iglesia católica, la teoría del cardenal Ratzinger es que la Iglesia real se dividirá en comunidades pequeñas que serán muy fieles a las creencias básicas. Mi opinión es que el rostro de la Iglesia ya no volverá ser exclusivamente europeo".

El vaticanólogo Marco Tosatti opina que la Iglesia católica se orientará cada vez más hacia América Latina. "Y hacia el llamado Tercer Mundo. Pero la Iglesia no es una multinacional y por eso pienso que la figura del Papa, aunque se reforme la curia --algo necesario-- seguirá siendo básica. El Papa no puede perder carisma ni protagonismo".

Marco Tosatti suele desayunar y comer con cardenales. Por eso sabe que el islamismo preocupa en el Vaticano. "El islamismo preocupa porque en todas partes donde es mayoritario no hay lugar para nadie más. Algunos opinan que el islamismo europeo será menos problemático. Yo no soy tan optimista. Y no me refiero a las posibles conversiones al islamismo de antiguos cristianos sino a que los ciudadanos de religión islámica que viven en Europa no se adapten a los valores de la cultura europea que, aunque algunos lo nieguen, son valores ligados al cristianismo".

Diálogo entre religiones

Manuel Nin, rector del Colegio Griego de Roma, admite que no siempre el diálogo entre las religiones presentes en Europa es fácil. "Pero es el único camino. Diálogo con las otras realidades religiosas presentes en Europa: ortodoxos, protestantes y musulmanes. Y con otras religiones orientales cuya presencia entre nosotros es cada vez más importante".

Cuando se le pregunta a Josep Maria Benítez, historiador jesuita y decano de la Universit Gregoriana de Roma, sobre el futuro de la Iglesia católica, responde que él es historiador y no futurólogo. "Jesucristo dijo que estará con nosotros hasta el final de los tiempos. Esto es un misterio, pero creo que quiere decir que más reducida o más como espiritualidad o sistema cultural social, la Iglesia católica seguirá adelante".