Ya que no se puede evitar que el combustible suba de precio, si se pueden tomar medidas en la conducción para tratar de estirar el carburante al máximo y ahorrar algunos euros. Según los expertos, la conducción eficiente puede suponer un ahorro de en torno al 20% de gasolina, es decir, para un uso medio del automóvil, unos 260 euros al año.

El primero sería mantener una velocidad media de en torno a 80 kilómetros por hora, y tratar de que la conducción sea lo más estable posible, es decir, evitar acelerones y frenazos. Relacionado con este punto, los expertos señalan que cuando el vehículo se acerque a una curva cerrada, un stop o un semáforo, es conveniente ir levantando el pie del acelerador con tiempo, y frenar poco a poco, ya que los frenazos bruscos suponen que el coche ha gastado innecesariamente acelerando para luego perder velocidad.

Otro punto importante es el uso del cambio de marchas. La recomendación es que se evite apurar al máximo cada marcha y subir el número de revoluciones, ya que el gasto es mucho mayor.

Aquí la recomendación es mantener el coche en torno a 2.000 revoluciones, usando siempre la marcha más larga posible y cambiando rápido si es necesario, pero evitando cambios que no demande la marcha a la que vamos.

Por último, un consejo relevante es no llevar el coche en punto muerto, creyendo que así se ahorra combustible, por ejemplo al bajar una pendiente o acercarse al punto de parada. En este caso lo que debe hacerse es mantener una marcha metida pero, si se quiere bajar velocidad, no pisar el acelerador, ya que se ha comprobado que los recorridos al ralentí gastan mas carburante que utilizar la marcha para bajar velocidad.