En el informe se achaca el incremento del nivel de endeudamiento a una confluencia entre la bajada de tipos de interés y la espectacular subida del precio de las viviendas, motivada, en gran parte, por la especulación.

Respecto a lo primero, Carbó explica que en 1997 los tipos para préstamos hipotecarios estaban cercanos al 7,4%, mientras que en diciembre del 2003 habían caído hasta el 3,4%, lo que ha impulsado a muchas familias a comprar casa. En cuanto a lo segundo, se sigue mirando a la vivienda como una alternativa a la Bolsa, lo que incrementa la demanda.

Lo preocupante es que se sigue abriendo la brecha entre lo que ingresa una familia y lo que adeuda a los bancos, hasta el punto que el profesor granadino se pregunta en qué momento esta evolución abocará a una situación de imposibilidad para hacer frente a las deudas.

Una consecuencia de las diferencias regionales de este proceso es que regiones atractivas por sus niveles de renta media, como Madrid, País Vasco o Cataluña, están dejando de serlo, porque, pese a esos ingresos, el número de sueldos anuales que harían falta para comprar una casa ha llegado a límites inasumibles.