El comandante Javier Gómez pilotó durante años un avión de Spanair del mismo modelo que el siniestrado en Barajas (MD-82). Además conoció personalmente al comandante Luna, fallecido en el accidente. Desde su experiencia, opina sobre las claves de la tragedia.

--Con su experiencia, ¿qué pudo provocar el accidente?

-Todo apunta a un fallo en el motor que se haya complicado con algo más. Porque todos los aviones están homologados para que, incluso en las peores condiciones que son el momento del despegue y con el calentamiento máximo, si falla un motor el otro pueda funcionar para alcanzar la altura necesaria y volver a la zona de aterrizaje.

--¿Por qué regresó el piloto?

--Seguramente se percató de algún fallo o porque tuviese alguna duda, no tuvo que ser por una avería importante pero siempre un piloto prefiere comprobar que todo está bien antes de iniciar la ruta. En el aeropuerto hay un servicio de mantenimiento y te pueden arreglar en el momento la avería.

--¿Es impensable que el piloto decidiera volar con dudas sobre el avión?

--Conocía personalmente al comandante Antonio Luna, porque fue mi instructor cuando llegué a Spanair, y era una persona con mucha experiencia. El piloto es el que mejor conoce el avión y el primer interesado en llegar a su destino, porque todos tenemos familia.

--¿Influyó la situación crítica de la compañía?

--Spanair es una compañía muy fiable y puedo confirmarlo por mis cinco años de trabajo en ella, además he trabajado en varias compañías y puedo asegurar que la instrucción de Spanair es una de las mejores con muchas exigencias a la hora de la elección de pilotos. En cuanto a la situación que atraviesa no creo que haya influido en absoluto sino todo lo contrario, porque en estos casos la gente se ajusta cien por cien al reglamento y nadie va a hacer más horas de vuelo para no perjudicar a otros compañeros.

--Muchas personas se preguntan cómo ha podido suceder una tragedia así.

--Un avión es muy fiable, pero los accidentes suceden y pueden ocurrir con el avión nuevo o viejo, lo importante es el mantenimiento, comprobar siempre si hay alguna pieza desgastada que haya que cambiar. En el caso de los motores, que son los que más suelen fallar, se tienen especial cuidado llevando a cabo la inspección con cámaras internas. Por ello pediría tranquilidad a la población y que no cogiese miedo a volar.