La autorregulación es la única norma que rige este verano para los termostatos de los aires acondicionados de la comunidad autónoma. Ninguna institución, pública o privada, ha regogido el guante lanzado por el Gobierno central, que ha limitado a 24 grados centígrados la temperatura mínima para los edificios de la Administración general del Estado.

Pero aquí, las actuaciones no han pasado de las sugerencias, eso sí, emitidas desde todos los ámbitos. De ahí las grandes diferencias que se perciben entre quienes están concienciados con el cambio climático, el ahorro y la eficiencia energética, y los que no. Y eso que los datos ofrecidos por Fundación Ecológica y Desarrollo revelan, por ejemplo, que por cada hogar que rebaje un grado centígrado la temperatura de su aire acondicionado se vierten 163,44 kilogramos de CO2 menos a la atmósfera. O dicho de otro modo, por cada grado que se aumenta se está ahorrando entre un 8 y un 10% de energía. Un supuesto que sí está resultando atractivo para algunos sectores.

Un decreto desfasado

Los lugares de trabajo cuentan con un Real Decreto de 1997 que establece un margen de temperatura de entre 17 y 27 grados para aquellos puestos sedentarios, y de 14 a 25 para los trabajos considerados como ligeros. Una norma desfasada, que, dada su antiguedad no atiende al problema del cambio climático ni a sus consecuencias.

Los sindicatos UGT y CCOO recomiendan trabajar a una temperatura de entre los 24 y 27 grados dependiendo de cada lugar. Y ambas centrales dan ejemplo. Así en sus sedes los termostatos se mantienen contantemente en los 24 grados.

También los edificios pertenecientes a la administración central y regional cumplen esta recomendación del Gobierno, que lo ha impuesto en todos sus edificios, como delegaciones y subdelegaciones, o en las oficinas de Sanidad, Hacienda y Tráfico. Este escenario es igualmente compartido por la Asamblea de Extremadura, que afirma cumplir esta recomendación desde el momento en que fue realizada.

En cuanto a los ayuntamientos de las grandes ciudades de la región, Mérida, Badajoz y Cáceres, existe una extraordinaria diversidad de aparatos de ventilación, así como pautas de comportamiento para bajar y subir la temperatura. El hecho de que en ninguna de sus sedes se comparta el mismo criterio de refrigeración es un claro ejemplo de lo poco que ha calado el mensaje gubernamental en otras administraciones.

Valoración ecologista

La asociación Adenex considera que esta medida adoptada por el Gobierno es correcta, ya que reducirá la emisión de gases de una forma considerable. Pero también señala que la ciudadanía abusa mucho del aire acondicionado. Según explican, con un buen aislamiento en puertas y ventanas puede sobrellevarse el calor.

Por su parte, las grandes empresas privadas de la región, como Eroski y El Corte Inglés, también se han sumado a las recomendaciones estatales y ambas afirman que desde el primer momento mantienen sus aparatos de refrigeración a 24 grados. Por el contrario la mayoría de las pequeñas y medianas empresas consultadas por este diario son reacias a aceptar la sugerencia.