Por orden de precocidad, los jóvenes se inician en el consumo del tabaco a los 13,1 años, en las sustancias volátiles a los 13,3, en el alcohol a los 13,9, en el cannabis a los 15, en los tranquilizantes y la heroína a los 15,1, en el éxtasis a los 15,6, y en el speed y los alucinógenos a los 15,8.

Alcohol y cannabis son las drogas en las que se percibe un menor riesgo, y sólo un tercio de los escolares creen que pueden causar problemas. En cambio, éxtasis, cocaína y heroína se consideran muy peligrosas.

Situación similar se produce al analizar el rechazo que provocan las drogas. Pocos jóvenes rechazan que se tome alcohol y las tres sustancias mencionadas como más peligrosas son las más rechazadas. Sin embargo, antes que la droga, en el rechazo influye la frecuencia, y tomarlas esporádicamente no está tan mal visto.

Las jóvenes consumen más tabaco, tranquilizantes y cocaína de manera frecuente, y los varones más alcohol, cannabis, heroína, speed, éxtasis, alucinógenos y sustancias volátiles.