En el Palacio Euskalduna, Rajoy habló ayer mucho de España, pero tuvo el detalle de referirse a "este maravilloso Bilbao". Les parecerá una tontería, pero este candidato no deja nada al azar. El llevaba escrito, mecanografiado, que quería expresar su alegría por estar en "esta maravillosa ciudad" y lo tachó con boli y puso Bilbao. Que con tanto trajín, nunca se sabe y luego uno hace el ridículo como Trillo con lo de Honduras.

Rajoy le dio unas palmaditas físicas y verbales a Mayor Oreja, que formó parte con él del trío de delfines. Sacrificado por su patrón en los altares del infierno vasco, Mayor se ha ido encogiendo como político cuanto más gritaba para hacerse oír. Hombre de misa diaria, lleva el destierro con resignación cristiana y ayer no pudo evitar acordarse de Santiago el Mayor, primer apóstol que murió martirizado a causa de su fe. No quiso aguarle la fiesta a Rajoy y, al recordar que éste empezó su campaña en Santiago de Compostela, quiso ver en ello un buen presagio y no las trampas agoreras a las que nos tiene acostumbrados. "El camino de Santiago lleva al corazón de España", ergo, lleva a la Moncloa, coligió.

A partir de ahí, Mayor y Rajoy entonaron la copla patriotera de cada día, arropados por el coro de teloneros. "Nosotros respondemos a los insultos con más España, más España, más España", soltó ayer Carlos Iturgaiz, presidente de los populares vascos, como si escupiera a la cara de sus rivales cada vez que enfatizaba "España". La estrategia vocinglera debe surtir efecto porque en la sede central del PP en Madrid se han recibido tantas versiones del himno de España que, como esto dure mucho, alguna desplazará a la dichosa Bulería de David Bisbal.

Fuera de juego

Mayor Oreja, tan mimado en otros tiempos por las encuestas, fue ayer comparsa. Cuesta creer que ahora apenas halle un hueco en el circo político. No le queda siquiera el consuelo de que su enemigo de toda la vida, Xabier Arzalluz, le dedique unos minutos en sus filípicas dominicales con la excusa de inaugurar un batzoki . ¡Qué tiempos! Ambos se molían en duelos jesuíticos que daba gusto oírles. Dejaban entrever tanta inquina mutua que resultaba apasionante.

Personajes que parecían imprescindibles en Euskadi y que se han quedado fuera de juego. Como Otegi y los suyos, que ya no saben qué hacer para pintar algo. La Junta Electoral de Vizcaya les permite reunirse, pero no pedir el voto --aunque sea nulo--, así que la diputada Jone Goirizelaia lo hace acabando sus discursos de esta guisa: "Y ya sabéis: ¡Aúpa el Athlétic, que yo ya me entiendo!". O el Osasuna, si está en Guipúzcoa.

A Andoni Goikoetxea le preguntaban ayer en un chat del Diario de Navarra : "¿Su paso por Bilbao le hizo más nacionalista?". El contestó: "No, me hizo más del Athlétic". Cuando le preguntan a Rajoy responde que es abonado del Madrid, socio del Pontevedra, accionista del Celta, hincha del Deportivo y que su hijo es del Bar§a. Pero alguna vez ha confesado que lo que de verdad le hubiera gustado es estar en la piel de Florentino. Y no va mal encaminado.