La cereza ha sido el cultivo más castigado este año por las inclemencias meteorológicas, sin olvidar el perjuicio provocado en este sector por la huelga de transportistas. Cuando se encuentra a punto de concluir, la Agrupación de Cooperativas del Valle del Jerte hace un balance negativo. Las cifras que maneja su presidente, Angel Prieto, sitúan la cosecha en torno a los doce millones de kilos, frente a los dieciocho previstos inicialmente, lo que supone que la cosecha se ha quedado en el 65%.

Así, mientras que las primeras variedades comenzaron con buen ritmo, como la burlat, de la que se recogieron 1.8 millones de kilos, la llegada de las lluvias en mayo que provocó pérdidas en las cosechas, y la huelga de transportistas, provocaron una caída de los precios "con una media de 60 céntimos el kilo, o más, sin que haya habido manera de recuperarlos a final de campaña". Por ello, Angel Prieto señala que la producción "se ha quedado en una línea un poco inferior a los niveles alcanzados hace un par de años, con bastantes más kilos que en la presente campaña", informa F. Martín.

Sin embargo dijo que los problemas derivados del paro de los transportistas "vino al día siguiente de finalizar la huelga, ya que no se vendía, si no era a precios muy bajos, al menos en el mercado nacional resulta imposible recuperarlos otra vez".

Prieto señaló que ha sido una campaña "muy complicada", debido a las dificultades para exportar el producto durante un mes hacia destinos europeos que buscaron el producto en otros puntos como Turquía o Grecia.