Los cotos de caza están entre los mayores damnificados por los incendios de Villuercas e Ibores, ya que, según los expertos, los incendios han acabado con más del 85% de las especies de caza menor y un porcentaje muy elevado de las de caza mayor.

Se han perdido así muchos ciervos, corzos, jabalíes, perdices, conejos y liebres, entre otras especies, ya que han tenido muchas dificultades para escapar de las zonas quemadas. "Aunque la caza mayor tiene más capacidad para huir de un incendio, los animales se han encontrado con las vallas que cercan los cotos, que se han convertido en una trampa mortal y han provocado que muchos se hayan muerto asfixiados o calcinados" , asegura Francisco Castañares, presidente de la Asociación Extremeña de Empresas Forestales y del Medio Ambiente.

Castañares sostiene que, aunque es pronto para conocer los resultados finales, las pérdidas en los cotos podrían llegar al 90%, por lo que considera que sería necesario establecer la veda temporal y con carácter general en las fincas afectadas, con el objetivo de esperar a que puedan regenerarse.

Según su opinión, ésta debería ser la primera medida a adoptar "tanto por los titulares de las fincas como por la Administración, sobre todo en el caso de la caza menor, ya que la mayor tiene otro ciclo".

En las zonas afectadas existen un centenar de cotos, según la asociación, de los que el 20% de la superficie es pública. "Son terrenos muy ricos y muy variados en los que los incendios han destruido el hábitat de todas las especies", insiste Castañares, que asegura que todo incendio tiene un primer efecto, una vez que se apaga el fuego, y es "el peligro de erosión que se produce con las primeras lluvias de otoño e invierno. Si esto ocurre se perderá la primera capa de tierra que es la más fértil y esto supondrá un grave problema".