María José Corrales tiene 29 años y lleva tres estudiando sus primeras oposiciones. Opta a una de las 150 plazas de educador social que la Junta de Extremadura oferta. Sin embargo, apenas lleva 10 meses preparándolas. Justo el tiempo que hace que se publicó el cambio del examen: pasaba de ser tipo test a preguntas a desarrollar. "Todo este tiempo de estudio no me ha servido para nada. He tenido que modificar el temario de más de 90 temas".

María José se dedicó en exclusivo a las oposiciones durante los dos primeros años; ahora compagina el estudio con su trabajo en los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Don Benito. Antes le dedicaba ocho horas diarias y ahora trata de sacar al menos dos. "Es muy duro, porque el tiempo que no tengo los días laborales lo debo sacar de los fines de semana y eso limita mi vida social y familiar". Por no hablar del dinero que ha invertido en su preparación, casi 3.000 euros en las dos academias en las que ha estado en Cáceres, más la gasolina de los viajes. Su temor, como el de la mayoría de los opositores, "es no saber si tanto esfuerzo tendrá recompensa".