Tanto el incremento en la ayuda económica (un 40,4% con respecto al 2004) como los resultados en los dos primeros años de la Olimpiada que culminará con los Juegos del 2008 permiten presumir un buen botín de medallas en Pekín. Las previsiones del Consejo Superior de Deportes son buenas. "Estamos por delante de los resultados de hace cuatro años", asegura Rafael Blanco, director general del CSD. "Somos moderadamente optimistas, aunque hay que tener en cuenta que se trata de unos Juegos fuera de nuestro continente y que habrá que trabajar mucho en los aspectos de aclimatación y de concentraciones sobre el terreno", añade el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky. El optimismo se basa en un dato: España ganó 19 medallas en Atenas-2004, y en los Mundiales de deportes olímpicos celebrados entre el 2005 y el 2006, ya lleva 24 medallas (6 de oro, 7 de plata y 11 de bronce).

La clave para mejorar el balance del 2004 estriba en mejorar la proporción que existe entre finalistas (en Atenas fueron 71 los deportistas que quedaron entre los ocho primeros) y medallistas (19). En Barcelona-92, por ejemplo, la rentabilidad fue mucho más alta: 22 medallas con sólo 56 finalistas.