"Nos ha causado un gran dolor esta suspensión, pues llevamos ya casi tres años esperando que el juicio se celebre, que el juez dicte la sentencia que sea y cerrar esta herida". Son las palabras de Miguel, padre de un joven que el 7 de junio del 2005 perdía la vida en una obra en Trujillo y que se ha visto directamente afectado por la huelga de los funcionarios de Justicia.

Acudió con otros familiares a los juzgados de Cáceres donde ayer debía iniciarse el juicio contra los presuntos responsables de la muerte de su hijo, pero se suspendió y no le quedará más remedio que seguir esperando. Los acusados, para los que "es una faena que después de tantos años esperando ahora nos encontremos con que tendremos que seguir haciéndolo", también desean que todo acabe, "que se resuelva y esta pesadilla termine".

A primera hora de la mañana los pasillos de la planta baja del Palacio de Justicia de Cáceres reflejaban una imagen inusual desde que se iniciara la huelga, la de numerosas personas en conversación con también un numeroso grupo de abogados. La explicación, el señalamiento de un juicio en el Juzgado de lo Penal con ocho imputados, acusados de un delito de homicidio imprudente y un delito contra los derechos de los trabajadores, a los que acompañan otros tantos letrados.

La suspensión se preveía, pero el juez, acompañado del fiscal y el secretario judicial les da acceso a la sala de vistas para, de forma oficial, comunicarles el motivo de la suspensión, que no es otro que "no disponer de los funcionarios de auxilio judicial para la celebración". Además, añade, "según la directiva del Ministerio, los juicios entran dentro de los servicios mínimos, pero solo los de las causas con presos preventivos, que no es este caso". Por ello, concluye, "aunque desearíamos celebrar este juicio, pues entendemos que no hacerlo supone para ustedes un grave trastorno y también, para algunos, un trauma, no nos queda otro remedio que suspenderlo".

Con su marcha las dependencias del Palacio quedan prácticamente desiertas. Solo unas mujeres en una ventanilla llaman la atención. Se trata de tres hermanas que, dos desde Madrid y una desde la localidad cacereña de Zarza de Montánchez, han acudido a los juzgados por tener una citación. "Estábamos citadas para hoy con el juez para arreglar un asunto de mi madre y nos hemos encontramos con que no podremos hacerlo, que tendremos que esperar a que nos den cita para otro día, pero vamos a hacer una reclamación, porque aunque no es un asunto urgente venir hoy nos ha supuesto unos trastornos y unos gastos de los que alguien tendrá que responder, y si no, que nos hubiesen avisado", señala María visiblemente enojada por tener que irse ´de vacio´.