Caja Extremadura, Caja Mediterráneo, Cajastur y Caja Cantabria constituirán un nuevo grupo financiero que será la tercera caja de ahorros de España y que mantendrá unidas a las cuatro entidades "al menos" durante una década, el tiempo mínimo que establece la ley. Además, la legislación establece que si una de las entidades que forma parte de un SIP quiere dejar de formar parte de la alianza, tendrá que avisar con dos años de antelación y asumir la penalización que acuerden en el contrato que les une. Para garantizar la neutralidad fiscal del nuevo grupo, el departamento que preside Elena Salgado elaborará un informe vinculante, si las entidades lo solicitan a través del Banco de España, en el que detallará cómo tendrá que tributar ese nuevo grupo consolidado. Una de las ventajas de dicho grupo es que permite a cada caja mantener su marca en su región de origen pero les obliga a compartir como mínimo un 40% de sus beneficios y la misma proporción de recursos propios para reforzar la solvencia de la sociedad que les agrupa. Esa sociedad central, que en el caso de la cuatro cajas antes citadas, tendrá su sede en Madrid y será la encargada de determinar la estrategia de negocio y el control del riesgo de todo el grupo.