Hoy es la pasta de dientes, pero antes fueron otros productos. El caso de los dentífricos falsificados comercializados en España no ha cogido por sorpresa a las asociaciones de consumidores. Tampoco a la Unión de Consumidores de Extremadura (UCE): "Cada vez nos venden con mayor frecuencia productos no homologados y falsos".

Un ejemplo. Solo durante el 2005 la Dirección General de Consumo y Salud Comunitaria intervino en Extremadura casi 2.000 juguetes ilegales y potencialmente peligrosos que no habían sido sometido a los controles de las autoridades. "El problema es que con la ampliación de la Unión Europea somos más vulnerables. Todos los artículos deberían ser detectados por las aduanas, pero eso no ocurre porque son demasiado amplias", apuntan desde UCE.

El de los juguetes es uno de los sectores más afectados por el comercio ilegal, pero elementos de consumo directo, como en este caso el dentífrico, tampoco se libran. Y, como avisan desde las organizaciones de consumidores, "la responsabilidad no es únicamente de las Administraciones, todos los eslabones de la cadena están implicados". Por eso en UCE exigen a las autoridades europeas, españolas y regionales la mayor diligencia posible para intervenir y retirar del mercado todos los productos falsificados. Pero no se olvidan ni de los comerciantes ni de los consumidores: "Además, hay que sancionar a quién los vende, porque el propietario del establecimiento es responsable de lo que tiene a la venta y está en la obligación de exigir a sus proveedores que el artículos cumpla con la normativa vigente".

Bajo su punto de vista el ciudadano tampoco está exento de responsabilidad: "Nosotros creemos que el que compra esta pasta de dientes sabe lo que está adquiriendo", aunque en UCE se reservan el beneficio de la duda --debido a la desidia del consumidor-- para aconsejar a quienes hayan sido engañados que "acudan al establecimiento de compra para solicitar la devolución del dinero".

El problema, en opinión de UCE, es que los consumidores persisten en el vicio de no leer ni etiquetas ni contratos y que en la mayoría de las ocasiones se dejan llevar por la inercia. Por eso recomiendan "fijarse bien en lo que se compra, sobre todo cuando se hace fuera de los circuitos habituales de comercialización del producto", como es el caso por ejemplo de la pasta dentífrica en los bazares.

Ellos reclaman mayor atención a la hora de llenar la cesta de la compra, pero también menos avaricia con productos alimenticios y sanitarios. "Cada vez nos llegan más consultas y reclamaciones por problema dérmicos relacionados con la utilización de este tipo de productos, incluso con las llamadas marcas blancas", advierten desde la asociación.