El proyecto de instalación de una refinería en la comarca de Tierra de Barros generó ayer, una vez más, un agrio debate en el Parlamento extremeño protagonizado por los primeros espadas de PP y PSOE.

El debate se originó por la propuesta del PP, que fue apoyada por IU-Siex y rechazada por la mayoría socialista, en la que se solicitaba que la Administración autonómica no invierta dinero público en la Refinería Balboa, una medida que defendió Rodríguez Ibarra como mecanismo para que la empresa pague impuestos en la región.

Floriano anunció que su primera medida si gana las elecciones del 2007 será retirar esa inversión pública, lo que para Ibarra significaría que la sede social de la empresa podría marcharse.

El líder del PP puntualizó que el domicilio social dependerá de los acreedores, porque los promotores van a acudir al endeudamiento. Floriano rechazó la inversión pública porque contradice una imagen de la región asociada a lo limpio, lo natural, lo ecológico y lo verde. "Ni aquí, ni así ni con el dinero de todos los extremeños", subrayó.

Ibarra advirtió de que una región pura y sin industrias "es lo que ha existido siempre" y lo que provocó la emigración a otras zonas a respirar "aires impuros". A su juicio, "lo que le molesta --al PP-- es que haya empresas que den trabajo a la gente". Además, señaló que "región idílica" que Floriano tiene en la cabeza es aquella en la que se contrataba a los jornaleros por un salario de miseria.

La portavoz de IU-SIEX, Teresa Rejas, rechazó poner dinero público y recordó los tiempos en que Ibarra se puso al frente de las protestas contra la central nuclear de Valdecaballeros.